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El incremento de polen en el aire amenaza con reactivar las afecciones alérgicas

La atmósfera de Madrid registró ayer 42 granos de polen por metro cúbico de aire, cerca ya de los 50 granos que marcan el nivel que reactiva las afecciones alérgicas. Tras una primavera inestable y el barrido de las últimas lluvias, las estaciones de medición de la Comunidad comenzaron a reflejar ayer un aumento de la polinización de plantas gramíneas (centeno, espiguilla, haya). Sin embargo, en los hospitales aún no se observa un alza de ingresos por asma alérgica, que tiene su pico entre el 15 de mayo y el 15 de junio. Los 720.000 alérgicos que viven en la Comunidad de Madrid -según datos de 1992 de la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica- miran ahora al cielo más a menudo.

La medición que efectúa a diario el Servicio de Calidad del Aire del Ayuntamiento de Madrid constató un "importante aumento" de gramíneas en la atmósfera. Por encima de los 50 granos de polen por metro cúbico de aire las alergias se reactivan, y ayer la situación se acercó a este límite.En el área urbana de Madrid se han llegado a registrar hasta 840 granos de polen por metro cúbico de aire. Esto ocurrió el 17 de junio de 1984. Ayer, el médico de guardia de medicina interna en el hospital Gregorio Marañón no observaba un especial incremento de pacientes con reacciones alérgicas. "Los constantes cambios de temperatura se han derivado en un sensible aumento de las enfermedades respiratorias, pero no ha habido muchos ingresos por alergias", explicó el facultativo.

Tampoco en el hospital infantil del Niño Jesús se notó ayer la polinización. Sin embargo, una portavoz del servicio de alergología de este centro destacó que los niños que padecen la enfermedad han comenzado a acudir a la consulta desde hace unos quince días.

Las estadísticas reflejan que 10 de cada 100 ciudadanos padecen algún tipo de alergia. Entre los afectados, un 60% no tolera respirar en un ambiente cargado de polen.

Mientras, los residentes en la unidad vecinal de absorción de Hortaleza se quejan cada año de las molestias que producen las partículas que se desprenden de los chopos negros plantados en el barrio, que se acumulan en calles y aceras. Ayer, un vecino de la UVA arrojó una bolsa de basura repleta de la pelusa amarilla ante el Ayuntamiento de Madrid. Sin embargo, las partículas que desprenden estos chopos no producen alergias, ya que por su tamaño las mucosas no las asimilan.

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