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Entrevista:ELECCIONES 6 DE JUNIOENTREVISTA

"La derecha sería un desastre para este país"

"En pocos años hemos puesto las bases del Estado del bienestar"

Xavier Vidal-Folch

Pregunta. 3,3 millones de parados. El problema más grave de España es el paro.Respuesta. Sí. O más exactamente, cómo generar un volumen de empleo parecido al que generan los países a los que queremos alcanzar en nivel de bienestar. El paro no es coyuntural, sino estructural. Debemos combatirlo con políticas de fondo. El drama no es sólo que el paro haya aumentado con la recesión, sino que incluso en los momentos de mayor crecimiento nuestra población ocupada sólo llegaba al 40% de la total, mientras que Holanda y Alemania alcanzan el 51%. La diferencia de renta entre España y Alemania no es ya la productividad por persona empleada: estamos al 95% de la media europea y somos más productivos que Inglaterra. La diferencia está en que no somos capaces de emplear a la misma proporción de ciudadanos que estas economías. Los países mediterráneos han tenido históricamente grandes emigraciones producidas por ese paro estructural. En el boom de los sesenta teníamos un rnillón de españoles en Alemania. Reformar las estructuras para llegar a esas tasas de empleo europeas es el problema número uno de nuestra economía: cómo hacerla más competitiva.

P. El Gobierno ha hecho poco para mejorar la competitividad de las empresas. No ha hecho política industrial porque "la mejor política industrial es la que no existe", como ha dicho algún ministro.

R. Lo desmintió. La copetitividad es la gran batalla del próximo cuatrienio. Para combatir el paro hay que hacer que este país sea más competitivo. Somos una economía abierta, competimos en los mercados con todos los países y no podemos crear empleo cerrándonos sobre nosotros mismos. La estrategia del Gobierno ha sido la correcta,. Para ser más competitivos nuestros costes deben reducirse y eso requiere seguir mejorando la enseñanza, las infraestructuras, los mercados financieros y los servicios a las empresas... Proponemos una política industrial activa.

P. Ése es el catálogo de las cosas pendientes.

R. No es así, está en marcha. Hemos elaborado una ley que desregulariza y crea condiciones de competencia en el mercado del seguro, lo mismo que en el mercado hipotecario. Se están produciendo, en este momento descensos del tipo de interés muy importantes en el mercado hipotecario...

P. A iniciativa de los privados.

R. ...lo cual quiere decir que la competencia entra en el sector.

P. El PSOE ha hecho muy poca política industrial, y ahora la ofrece tarde.

R. Admito que haya habido errores, y debemos corregirlos. Pero no puede ponerse el carro delante de los bueyes. Para que las medidas de política industrial surtan efecto debe haber un rodaje de diálogo entre administraciones -en plural, porque muchas de estas competencias corresponden a las comunidades autónomas- y sectores, un concierto sobre la estrategia que seguir. Además, algunas de las denominadas micropolíticas, como los incentivos a la inversión, se han desplegado en buena parte.

P. Crecer no basta para generar empleos. ¿No ha llegado el momento de repartir el trabajo? El PSOE no habla de ello.

R. Pues sí habla. Está, por ejemplo, dentro de la propuesta de reforma del mercado de trabajo. Introduciremos el contrato a tiempo parcial, que es la vía por la que empiezan a trabajar muchos jóvenes y mujeres europeos. Y el contrato de aprendizaje. Son dos fórmulas para repartir el empleo, como lo es el incremento de los periodos de formación o la disminución de las horas extras no imprescindibles. La reducción de jornada hay que sopesarla: donde se ha aplicado no ha aumentado el empleo, sino sólo la productividad, y además exigiría reducir las retribuciones si queremos que genere empleo. Este asunto precisa un debate social para poder tomar decisiones asumidas.

P. La tercera devaluación de la peseta en ocho meses, ¿no es un síntoma del fracaso de la política económica del Gobierno?

R. No: síntoma del sentido de responsabilidad del Gobierno, que incluso en pleno proceso electoral adopta las medidas que convienen a España aunque puedan parecer impopulares. Es también un síntoma de que mantenemos la confianza en la opción europea como única forma real de solucionar nuestros problemas; cosa que otros, más o menos abiertamente, no tienen tan clara. Además, la devaluación va acompañada de otras medidas que servirán para reactivar nuestra economía; ya se ha producido la bajada de los tipos de interés, las bolsas han subido...

P. En el capítulo de libertades y seguridad, ¿a quién deben creer los ciudadanos, a José Luis Corcuera o a Baltasar Garzón?

R. Al programa. Garzón ha dicho que la Ley de Seguridad Ciudadana está sometida al Tribunal Constitucional y que en todo caso le gustaría que la aplicación de los artículos polémicos se realizara con mucha prudencia y moderación. Y creo que éste es precisamente el uso que se está haciendo de esa ley.

P. Después de unos años de práctica socialdemócrata y discurso verbal de rigor monetario de apariencia neoliberal, parece que con este programa el PSOE se haya vestido de social y socialista, volviendo al espíritu de 1982.

R. ¡Vaya! Llamar neoliberal a una actuación que ha supuesto en pocos años establecer los cimientos del Estado de bienestar que Suecia o Alemania necesitaron décadas para construir no me parece adecuado. En el último decenio hemos extendido la sanidad a toda la población, cuando Clinton aún ha tenido que prometerlo. Hemos extendido la educación, las pensiones, la cobertura del desempleo. Y hemos hecho una impresionante redistribución fiscal. Eso es incompatible, no ya con el neoliberalismo thatcheriano, sino con cualquier política de centro-derecha o de derechas europea.

P. Felipe González auguró la debilidad del próximo Gobierno. Echaba piedras sobre su tejado.

R. No, expresaba una posibilidad contraria a sus deseos.

P. Menuda manera de venderlos.

R. ¿Por qué? Estamos esforzándonos para convencer a los ciudadanos de que necesitamos un Gobierno estable.

P. El decenio del PSOE no ha reportado algunas de las ventajas de las mayorías absolutas, y sí los inconvenientes de los gobiernos de coalición, en este caso de la coalición Moncloa-Ferraz. La oposición lo ha subrayado.

R. Claro, de la misma forma que dice que la última legislatura se ha perdido. Dicen que se ha perdido una legislatura en la que se da el salto en infraestructuras más importante de nuestra historia. En la que se da el paso sustancial de cualquier Estado de bienestar, la extensión de las pensiones. En la que se empieza a aplicar la LOGSE, que supone la igualdad de los españoles a través de una educación igual, hasta los 16 años, y gratuita. En la que empezamos a colocar a España en el mundo con la Conferencia de Paz de Oriente Medio, la cumbre iberoamericana, la Exposición de Sevilla, los Juegos de Barcelona, el acceso al Consejo de Seguridad de la ONU. Dicen que se pie una legislatura en la que damos el golpe más importante al terrorismo etarra desde que tenemos democracia y en la que ponemos en práctica las medidas del programa de convergencia.

P. El programa de reformas del, plan de convergencia no ha culminado.

R. Prácticamente todas las reformas de estructuras legislativas están ultimadas, salvo la del mercado de trabajo: la LAU, autonomía del Banco de España, seguros, mercado hipotecario, Ley del Suelo, de Telecomunicaciones... que en su mayor parte ya habían iniciado la tramitación en las Cortes en el momento de la disolución de las cámaras. La densidad de trabajo de esa legislatura desmiente esas acusaciones. Y el Gobierno no se ha sentido trabado. Hemos usado sin prepotencia la mayoría parlamentaria, creo que de forma prudente e inteligente. La prueba es que casi en ninguna votación el Gobierno ha estado solo. En todas las decisiones importantes hemos tenido votos de otros grupos. El que se quedó solo en muchas votaciones fue el PP. ¡Qué virtud tan especial tiene de quedarse solo! ¡Y en la oposición! ¿Qué sucedería si algún día llegase a gobernar?

P. Sus electores, ¿cuál de las dos almas del PSOE votan?, ¿el socialismo liberal o el socialismo de alpargata?

R. Creo que el elector tiene claro que los proyectos se concretan en las personas que los dirigen. Y que por tanto va a votar a Felipe González y la forma de gobernar y de crear partido que está presentando.

P. No se sabe muy bien cuál es el proyecto de crear partido de González. Parece querer un big bang suave, pero luego cada movimiento se queda corto.

R. Exagera. Ningún partido ha avanzado tanto como el nuestro en el tema debatido en la ejecutiva de Semana Santa; esto es, en la respuesta a las acusaciones de corrupción. Separando a quienes se enriquezcan aprovechándose del hecho de ser miembros del partido. Asumiendo las responsabilidades políticas que se deriven. Anunciando la publicación de las cuentas y proponiendo la ley de partidos, la reforma de su financiación y de la contratación de las administraciones... Lo que deseo es que los demás sean capaces de hacer lo mismo.

P. En la tradición católica, ahora que ustedes piden un poco de perdón, éste exigía dos requisitos: propósito de enmienda y cumplri la penitencia. De ésta ha habido uy poca: declaraciones solemnes y débiles medidas administrativas.

R. Lo decisivo es asegurarle al ciudadano que tomamos todas las medidas para prevenir la corrupción y para que, en caso de que se produzca, se conozca y se castigue. ¿Es poca cosa la dimisión voluntaria de varios, dirigentes y la separación del partido en los casos -con independencia de su trascendencia o no trascendencia judicial- en los que hemos creído que se producía un enriquecimiento que podría atribuirse al mero hecho de estar conectado con el partido o de haber tenido un cargo? Y la asunción de responsabilidades políticas por parte de la ejecutiva, ¿es pocó?

P. No tiene traducción práctica.

R. Esperaremos a que los jueces se pronuncien..

P. En cuyo caso, ¿podría dimitir la ejecutiva?

R. En cuyo caso la ejecutiva tomará las decisiones que se correspondan con las de los jueces.

P. Propugna abrir el partido. ¿Cómo se concreta?

R. Es cuestión de talante: abrirse a la sociedad civil, a sus ideas, y no tratar de controlarla ni hegemonizarla.

P. Han tenido cuatro años con la mayoría suficiente piara practicar ese cambio (le talante y luchar contra la corrupción.

R. Hemos reconocido que nos han faltado reflejos. Yo hubiera deseado una respuesta más rápida, pero la respuesta es sincera. Estoy totalmente de acuerdo con los ciudadanos en que no es bueno que los ricos hagan política ni que los políticos se hagan ricos. Pero de igual forma estamos contra las acusaciones generalizadas a los políticos, que son injustas y que por ello sirven de coartada a los realmente corruptos.

P. Desean un Gobierno estable; pero, según las encuestas, éste requerirá un sólido pacto de legislatura o una coalición. ¿Cuáles son sus condiciones?

R. Creo que los españoles no son partidarios ole los empates y que se decantarán. Nuestra esperanza es que se decantarán por Felipe González, porque España avance en la dirección del progreso, de la modernización, del Estado de bienestar y de Europa. Y no en la de retroceder en el bienestar y poner trabas a Europa, que es lo que supondría una victoria del PP. Un triunfo de la derecha sería un desastre para este país.

P. Apelan al voto del miedo, incluso acusando al PP, como usted ha hecho, de tener dentro a la ultraderecha.

R. Describir al adversario político, sin descalificar, no es acudir al voto del miedo. En Europa hay una palpable diferencia entre derecha y ultraderecha, son partidos que compiten entre sí en las urnas: Kohl y los neonazis, la DC italiana y los neofiascistas, Giscard y Le Pen. Esto no sucede en España.

P. ¿Está diciendo que los equivalentes españoles de Le Pen están detrás del PP9 Eso es fuerte.

R. Lo que digo es que en España los ultras no tienen formaciones en las que colocar ese voto y hay que pensar que lo depositan en la opción de derechas. El PP recoge el voto ultra. La democracia es más transparente cuando se diferencian el voto de derecha y el de ultraderecha. Aquí parece ir mezclado. Y eso se une a actitudes ambiguas y peligrosas del propio Aznar. Asegura que no meterá en la cárcel a las abortistas, ¿pero es que se le había pasado por la cabeza? Su vaciedad proviene tanto de la falta de propuestas como de la modificación constante de sus posiciones. En economía es apabullante; que si no le temblaba la mano por sacar la peseta del Sistema Monetario Europeo y luego defiende lo contrario. ¡Hay tantos ejemplos! No existe un ejemplo de oscilación pendular, de falta de contenido y vertebración de una política económica tan desastroso como el del PP.

P. ¿Cuáles son sus condiciones para una coalición?

R. Tenemos un programa, queremos aplicarlo. No es una frase. No cederemos la autonomia de ese proyecto. He leído que un partido canario va a exigir 500.000 millones de pesetas como contrapartida por dar su voto al Gobierno. Es el ejemplo rotundo del camino que no se debe ni se va a seguir.

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