Falsa imputación
El pasado 24 de abril de 1993 apareció en EL PAÍS, sección de Madrid, página 4, un artículo firmado por Francisco Perejil titulado Sáenz de Bremond retira una querella contra un inspector de policía, artículo en el que se me imputa la realización de un hecho delictivo.Bien es cierto que dicha imputación se pone en boca de Francisca Cobos, abogada del inspector de policía Ricardo Pardeiro (aparece entrecomillada) y manifiesta el citado periodista que es la versión de la citada letrada.
No voy a entrar en valorar lo que el día de los hechos ocurrió, contrariamente a lo que hace Francisca Cobos. Simplemente voy a ceñirme a la sentencia que en su día se dictó en causa seguida contra mí por un botellazo que nunca existió, resumiento lo que de interés tiene.
Los funcionarios que me detuvieron no actuaron dentro de la esfera de sus atribuciones. De la relación de hechos probados. resulta que la acción policial no estaba encaminada a investigar un hecho delictivo en el que yo hubiera participado, sino que respondía a unos comentarios, por lo que procedieron a identificarme y después a detenerme, diciendo textualmente la sentencia:
"Sin embargo resultando esas observaciones penalmente indiferentes ( ... ) el funcionario de policía no debió intervenir identificando al acusado, y sobre todo no existiendo motivos para considerarlo responsable de un delito no se le debió detener, incluso aunque no se consi
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guiese identificarle. A este respecto hay que considerar que las lesiones causadas al inspector de policía fueron como consecuencia de un forcejeo y no de una agresión. ( ... ) Es inevitable entender que se produjeron cuando se recurrió a la fuerza para practicar la detención."
Esta sentencia, sin duda desconocida por el periodista de EL PAÍS, el cual entiendo se vio sorprendido en su buena fe, es conocida por Francisca Cobos, abogada del policía que excediéndose en la libertad de defensa resalta una agresión que nunca existió.
No deseo a mi colega Francisca Cobos que pase por una situación tan desagradable como la que yo viví, pero menos aún que después de haber tenido que acreditar que no existió tal agresión se insista en faltar a la verdad de forma injustificada.-
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