_
_
_
_
_
Tribuna:ELECCIONES 6 DE JUNIO
Tribuna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las tribunas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

El improbable pacto PSOE-IU

De las coaliciones poselectorales posibles, la del PSOE con IU es la que cuenta con más adeptos, según los sondeos. Se trata, sin embargo, de una hipótesis poco probable. Pero no, o no sólo, porque Anguita y González no se entiendan. La clave está en el difícil equilibrio resultante del previsto empate entre los dos principales partidos.La incertidumbre del resultado ha devuelto su primacía a la política: a eso que antes de que fuera dominada por los economistas se llamaba "el arte de la política", y que se manifestaba sobre todo en las alianzas. En el arte de dar con las combinaciones que favorezcan las propias posiciones sin potenciar las de los rivales o reforzar más de la cuenta las de los aliados. Anguita ha excluido cualquier pactó con el PSOE mientras este partido no renuncie a "su política neoliberal". Sartorius, por el contrario, ha dejado abierta esa posibilidad como forma de "hacer valernuestra fuerza y obligar al PSOE a cambiar de política en el sentido que propugnamos".

Sería deseable que los electores conocieran por adelantado qué coaliciones propugna y cuáles excluye cada partido. La división que al respecto existe en IU se da también en el PSOE. Pero si ello hace poco probable que González enseñe sus cartas antes del día 6, es posible imaginarlas comparando las opciones reales que se le presentarían el 7, si gana.

Las encuestas describen un escenario formalmente simétrico: cuasi empate entre los socialistas y Ios populares, con unos 145 diputados cada forma ción, y sendos bloques de apoyo potencial, los nacionalistas e Izquierda Unida (IU), con unos 25 ó 30 diputados, a sus flancos. En los hechos, sin embargo, esa simetría no es tal porque una de las combinaciones teóricamente posibles, la del Partido Popular (PP) con IU, es impensable en la práctica. Ello permite a los socialistas plantear su apertura al centro -para intentar retener a los votantes tentados de fugarse con Aznar- sin que los que pueda perder por la izquierda aprovechen gran cosa a su adversario principal: los votos pasados del PSOE a IU podrán servir o no para conformar una coalición de izquierda, pero es seguro que en ningún caso se sumarán a una encabezada por Aznar.

Ese factor no puede dejar de proyectarse en la Política de alianzas del PSOE. Aunque sea lógico que González no lo diga claramente -especulando con la distinción entre Anguita y Sartorius-, es evidente su preferencia por una alianza con Pujol y Arzalluz, con o sin presencia en el Gobierno. Y ello porque, con los márgenes tan apretados que se prevén, un pacto PSOE-IU significaría automáticamente la articulación frente a él de una potente alternativa de centro-derecha, integrada por los conservadores y los nacionalistas y seguramente capaz en breve plazo de forzar una moción de censura o unas elecciones anticipadas (en las que barrería). Frente a ese escenario, el peor para el PSOE, su alianza con los nacionalistas podría ser problemática desde otros puntos de vista, pero en absoluto potenciaría una alternativa a la griega entre Aznar y Anguita.

Es esa diferencia lo que hace, de entrada, poco ve rosímil la fórmula PSOE-IU en caso de victoria so cialista por escaso margen.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_