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Los ortodoxos romperán el Gobierno israelí si no cesa la ministra de Educación

Si el primer ministro israeli, Isaac Rabin, se niega a reemplazar a la ministra de Educación, Shulamith Aloni, de la formación Meretz (sionistas de izquierda con 12 diputados), de aquí al domingo, el partido religioso ortodoxo Shas, con seis diputados en el Parlamento, abandonará la coalición gubernamental. Los religiosos reprochan a la ministra, bestia negra de la ortodoxia judía, que haya dicho que la Biblia no es solamente un documento religioso, sino también una fuente histórica y un texto poético de un valor sin parangón en la lengua hebrea.

Si la ministra se resiste a dimitir y el Shas se retira del Gobierno, Rabin aún dispondría de mayoría parlamentaria (61 escaños de los 120 de la Cámara) y podría, en teoría, continuar gobernando. La mayoría de 61 diputados comprende también a diputados árabes, y esto es lo malo de cara a los ataques de la derecha nacionalista.

Israel ha llegado a una encrucijada. Por primera vez desde el nacimiento del país hace 45 años, el Estado judío tiene la posibilidad real de poder alcanzar la paz con sus vecinos árabes. Rabin rechaza apoyarse en una mayoría débil, y, por tanto, ha pedido a Aloni que se sacrifique en el altar de esa futura paz. Aloni no ha respondido, y el Meretz ha prometido apoyar a fondo a la ministra.

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