La autovía de Valencia no entrará en servicio antes de 1996
El tramo entre Honrubia (Cuenca) y Utiel (Valencia), el último que falta por definir para completar la autovía entre Madrid y Valencia, tiene problemas. No ha sido el único; la propia autovía ha sido un gran problema para los valencianos y para muchos madrileños que nunca han entendido cómo fue excluida del anterior plan para vías de alta capacidad.Dicho tramo ofrece dos grandes escollos: las hoces de los ríos Júcar y Gabriel. El trazado de la autovía para sortear ambos obstáculos está aún sin definir, debido al dilema que plantea el balance costes/defensa del medio ambiente.
El trazado del primero de estos tramos Atalaya-Montilla se debate entre llevarlo por debajo de El Picazo (varios kilómetros más abajo de Alarcón), donde las hoces se abren y el daño al medio ambiente sería menor, o antes del embalse del mismo nombre. La solución primera es defendida por los ecologistas, pero la estructura que habría que tender para salvar el río sería muy costosa por su gran dimensión.
El otro tramo en discusión es el que enlaza Minglanilla con Caudete. Aquí el río Gabriel, una vez liberado del embalse de Contreras, discurre entre unas tortuosas hoces enclavadas en un espacio declarado de interés natural por la Comunidad Valenciana. La opción menos hiriente ecológicamente cuesta 2.000 millones más que la más barata.
Proyectos alternativos
El Jefe del Servicio de Planificación de Carreteras del MOPT, Justo Borrajo, propone redactar dos proyectos alternativos para cada uno de los dos tramos y exponerlos a información pública con sus costes de ejecución al lado, de manera que la opinión pública intervenga en su debate y se defina por los trazados más convenientes. Aún en el caso de que se procediera con rapidez, Borrajo afirma que estos tramos, los últimos de la autovía de Valencia, no entrarán en servicio antes de tres años.
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