El "carril del 8" despreciado
La selección española jugó treinta balones al área en su enfrentamiento con la norirlandesa. De ellos, nueve se lanzaron desde el carril del 8 y sólo tres fueron aprovechados. Con Clemente, esa banda es compartida por Ferrer y Aldana -eventualmente, la pisa también Salinas- El miércoles fueron necesarios los tres para hacer lo que Michel hace por sí solo. En su último partido con el Real Madrid, tres pases suyos se convirtieron en otros tantos goles.Clemente trasladó el peso del juego ofensivo al centro del campo. Así, la mayoría de los envíos al área procedió de Guerrero, seis, y Hierro, cinco. Desde la parcela derecha no se produjo ni una sola jugada de peligro a partir del minuto 27. Es más, en la segunda parte, ni eso, porque no se lanzó ningún balón al área Sólo hubo tres entradas en vertical -Salinas, Aldana y Ferrer- y en todas se perdió la pelota.
Hubo una jugada, en el minuto 7, que anticipó lo que cabía esperar del carril del 8: Aldana ¡nició la acción desde ese lugar. Ferrer se quedó tras él, con 40 metros por delante en los que no había nadie. La inclinación natural de Aldana le llevó hacia el centro, donde esperaban Hierro, Begiristain, Guerrero, Claudio y Salinas más los defensores norirlandeses. Por supuesto, aquello concluyó en nada.
En los 20 minutos siguientes se produjeron las tres únicas jugadas por la derecha que causaron riesgos: una pared en corto entre Guerrero y Salinas, el centro de Ferrer que supuso el segundo gol de Salinas y una internada de Aldana que acabó en un saque de esquina más.
Los seis centros restantes no significaron nada: dos de Ferrer y uno de Guerrero, a nadie; dos de Aldana, igualmente inútiles, y otro que invalidó Ferrer al quedarse en fuera de juego. Hubo además tres jugadas, dos de Salinas y una de Ferrer, que parecían claras, pero en las que se perdió el balón antes de que se produjera el pase.
Problemas en la banda
El partido dio a entender que Al dana tiene dificultades- para manejarse junto a la banda. Su mejor cualidad es la penetración, casi siempre para culminar la jugada. Una carrera diagonal al poste derecho de Irlanda del Norte acabó con un remate del jugador del Deportivo al larguero. Pero la sensación es que su facilidad para transportar la pelota no se completa con la habilidad para desplazarla hacia el corazón del área, la principal virtud de Michel como futbolista.
El partido con Irlanda del Norte tampoco fue especialmente generoso en las apariciones de los españoles por la banda izquierda, donde Ton¡ realizó sin éxito largos y frecuentes recorridos. Su sociedad con Beguiristáin no funcionó esta vez.
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