La guerra con el Congreso desluce los 100 días de Clinton

Una declaración del jefe de Presupuesto de la Casa Blanca, Leon Panetta, en la que advierte que las más importantes iniciativas legislativas del presidente Bill Clinton, incluida la ayuda a Rusia, el Tratado de Libre Comercio con México y la reforma sanitaria, corren el peligro de ser rechazadas por el Congreso, han provocado una verdadera tormenta política en Washington. Las palabras de Panetta coinciden con los primeros 100 días de la Administración demócrata y con una amplia sensación generalizada de fracaso.

Panetta, uno de los hombres clave del equipo presidencial, se confesó "muy nervioso" y "desilusionado" en una conversación mantenida el lunes con periodistas, a los que explicó que el presidente tendrá que "definir sus prioridades" y buscar el apoyo de la opinión pública para evitar una estrepitosa derrota de sus planes en el Congreso, y no sólo a manos de la oposición republicana.Panetta, ex congresista y viejo conocedor del mundo del Capitolio, describió así el futuro de las principales iniciativas de la Casa Blanca:

- Presupuesto: algunos aspectos fundamentales de ese proyecto no serán aprobados, aunque el grueso del programa económico de Clinton ya haya sido aceptado. El presidente tendrá que reformular muchas propuestas para encontrar apoyo.

- Tratado de Libre Comercio con México: actualmente está, de hecho, "muerto", y si fuera presentado al Congreso en las condiciones actuales, encontraría con seguridad un voto negativo.

- Ayuda a Rusia: Clinton no va a conseguir luz verde para nuevos paquetes de ayuda a Rusia mientras no se consigan avances sustanciosos en la situación económica en Estados Unidos. "El claro mensaje de los propios demócratas del Congreso", dijo Panetta, "es el siguiente: es muy difícil aceptar programas para la creación de empleo en Rusia mientras no se hace nada para crear puestos de trabajo en sus propios distritos".

Clinton no necesita aprobación parlamentaria para su primer paquete de 1.600 millones de dólares para Rusia porque esa cantidad ya estaba aprobada durante la anterior Administración, pero sí es necesaria una votación en las. Cámaras para sacar adelante el segundo paquete de 1.800 millones de dólares, que fue presentado posteriormente.

- Reforma sanitaria: el director de Presupuestos recomienda que la Casa Blanca no presente todavía sus ambiciosos planes sanitarios, dirigidos por Hillary Rodham Clinton, porque, por el momento, sería muy difícil su aceptación por parte del Congreso. Panetta sugiere que el Gobierno consiga primero el respaldo de la opinión pública, ya que, en su opinión, sólo si existe un fuerte movimiento popular que considere que ese programa es justo podría ganar la aprobación de los congresistas.

La primera reacción de la Casa Blanca fue de gran confusión. La portavoz presidencial, Dee Dee Myers, dijo que las declaraciones del jefe de Presupuesto habían sido sacadas de contexto. Clinton, que fue abordado por los periodistas mientras cubría su habitual recorrido de jogging, no pudo contestar a una pregunta sobre qué haría en relación con lo dicho por Panetta, dejando la impresión de que no conocía aún las declaraciones:

Estas declaraciones, que incluían una visión también pesimista sobre el futuro de la economía, son la culminación de una cadena de reveses que empezaron con la tragedia sangrienta de los davidianos en Waco y continuaron con el rechazo parlamentario al paquete de estímulo económico de la Casa Blanca. Todo ello ha hecho que la conmemoración de los primeros 100 días de la Administración demócrata, que se cumplen mañana, sea, más que una celebración, una verdadera jornada de luto.

Panetta reflejó incluso en sus comentarios un clima de gran preocupación dentro del Gobierno de Clinton. "La otra noche, en una reunión del Gabinete, todos los ministros intervinieron para decir que estaban haciendo frente a grandes problemas, pero que eso les resultaba estimulante. Cuando me llegó mi turno", explicó, "dije que, por lo que a mí respecta, yo no me estaba divirtiendo en absoluto".

Panetta señala que "el optimismo económico que siguió a las elecciones de noviembre y a las compras de Navidad fue un crecimiento fantasma" y que "la confianza ha disminuido".