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Reportaje:

En el peor lugar, en el peor momento

Un periodista sensacionalista fue la única víctima Portal. del atentado del IRA en Londres

Enric González

Estaba donde debía estar cuando debía estar; es decir, en el peor lugar, en el peor momento. Ed Henty, fotógrafo del dominical News of the World, tomaba imágenes de la evacuación de la City el pasado sábado cuando estalló, a pocos metros de él, una tonelada de explosivos. Su cuerpo quedó sepultado bajo una montaña de escombros. Durante seis horas se creyó que el atentado del Ejército Republicano Irlandés (IRA) no había causado víctimas mortales.Ed Henty, de 34 años, casado, con dos hijos de 10 y 8 años, se convirtió en un paradójico mártir del periodismo. Sus colaboraciones en News of the World, el periódico más sensacionalista que pueda imaginarse, consistían en lo más denostado de la profesión: invasiones de intimidad, buceo en asuntos privados y escándalos varios.

Henty se encaminaba a la Redacción de News of the World en Wapping, al este de Londres, cuando el periódico recibió uno de los avisos de bomba. Estaba cruzando la City en el momento en que sonó su teléfono portátil, y apenas tardó unos minutos en llegar a Leadenhall Street, donde se suponía estaba la bomba. Un cuarto de hora después se reunió con una reportera del periódico. Decidieron cubrir áreas distintas: ella, hacia Shoreditch; él, hacia Bishopsgate. Eran las 10.15. Diez minutos después, Bishopsgate se vino abajo.

La directora de News of the World, Pat Chapman, se sorprendió de que Ed Henty no llamara tras la explosión. Al cabo de un par de horas pidió información a la policía: no había muertos y en las listas de heridos no figuraba ningún Henty.

Seis horas después se encontró el cuerpo. Su esposa, Yasmin, le identificó gracias al reloj y el anillo de boda. Hoy debían celebrar el duodécimo aniversario de su matrimonio.

News of the World se publicó ayer con una mancheta negra, en lugar de la roja habitual, como muestra de duelo por uno de los nuestros". Todos los periódicos reflejaban la estupefacción del público británico ante la enésima acometida del IRA, que ayer reivindicó el atentado.

Pero en el sábado negro de Londres hubo todavía más. Por la noche estallaron otras dos bombas en pleno centro. Ambas fueron instaladas en taxis. En uno, el terrorista ordenó al conductor que llevara el coche con el artefacto a Downing Street. En el otro, la dirección era Scotland Yard. Los dos conductores, obviamente, abandonaron el vehículo en cuanto desapareció el cliente y avisaron a la policía. Las explosiones se produjeron en Finsbury Park y Holborn. Nueve policías sufrieron heridas leves.

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