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La obra de un trasvase de agua arrasa franjas de monte sin respetar fielmente normas ecológicas

Javier Casqueiro

El Consejo de Ministros aprobó el 15 de enero la ejecución, por urgencia, de una conducción de agua paralela a la actual desde el embalse de Picadas hasta el de Valmayor, al suroeste de la región, para paliar la sequía que padece Madrid. Las obras empezaron a un ritmo tan frenético que algunos -especialmente los ecologistas- temen que el resultado sea descontrolado. Kilómetros de franjas de hasta 20 metros de anchura han sido arrasados en varios montes y las normas que dictó la Agencia de Medio Ambiente no se respetan fielmente por las constructoras.

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La tubería que se está construyendo entre los embalses de Picadas y Valmayor, paralela a otra ya existente, tendrá una longitud de 32 kilómetros y dos metros de diámetro. El conducto irá enterrado -para lo que se está abriendo una zanja- y dentro de un túnel durante tres kilómetros para salvar algunos accidentes. El aspecto actual de los terrenos que albergarán el conducto que a partir de final de año aportará a Madrid unos 200 hectómetros cúbicos de agua es desolador. Las máquinas excavadoras y los camiones campan a sus anchas, abriendo zanjas, por kilómetros de montes en la zona suroeste de la región, entre los municipios de San Martín de Valdeiglesias, Nava del Rey, Colmenar de Arroyo, Navalagamella, Valdemorillo, Fresnedillas y Chapinería. Entre la zanja, su camino de servicio y sus márgenes se ocupan, según los estudios oficiales, unos 12 metros de ancho. Sobre el terreno esta medida parece mucho mayor, en ocasiones hasta 20 metros.El canal precisará de la construcción de dos estaciones para elevar el agua y de dos chimeneas de equilibrio de 70 metros de altura y otras cuatro menores para asegurar un buen funcionamiento hidráulico. Los grupos ecologistas, especialmente Aedenat y Adena, han criticado globalmente toda la operación quirúrgica sobre unos montes hasta ahora casi vírgenes, incluso de urbanizaciones. Los ecologistas hacen hincapié en el impacto ambiental de la presencia de las macrotorres y de las máquinas en una zona donde nidificaba un águila imperial.

Montones de arena

La Confederación Hidrográfica del Tajo (organismo dependiente del Ministerio de Obras Públicas) es la responsable de la conducción paralela de Picadas. El ministerio no solicitó la declaración de impacto ambiental por que fue eximido por el Consejo de Gobierno de la Comunidad el pasado 25 de febrero. Esta declaración fue sustituida por 11 actuaciones correctoras acordadas por la Agencia de Medio Ambiente (AMA). La mayoría de estas medidas, sin embargo, no se han observado fielmente por las cinco grandes constructoras a las que se contrató el trabajo de campo.

La AMA pidió que se separase la tierra vegetal, para la posterior utilización; que se realizasen los cambios de aceite y respotaje de la maquinaria en los parques (fuera de obra y con sistema de recogida) y que se abriesen únicamente los caminos de servicio estipulados. No precisó cuántos. También se recomendó depositar la tierra y piedras de las excavaciones en lugares adecuados. Una vecina de Navalagamella trasladó el pasado miércoles en su propio coche a un responsable de la constructora FCC hasta una de sus fincas invadida por montones de arena. El representante de FCC no se responsabilizó del error.

El informe oficial de la Confederación detalla que se levantarán 7.650 árboles (2.500 pinos, 4.000 encinas, 500 enebros y 650 fresnos) y 64 hectáreas de matorral. Las previsiones del mismo estudio indican que se restituirán 50 hectáreas en hidrosiembra y 5.000 árboles. La retirada y el transplante de los árboles arrancados se ha aplicado arbitrariamente. Este periódico comprobó que encinas de gran tamaño permanecían recostadas, con las raíces al aire, en los márgenes de la franja.

La Confederación Hidrográfica del Tajo no admite ningún tipo de destrozos. Asegura que una vez concluidas las obras "el impacto ambiental se considerará prácticamente nulo, puesto que la mayor parte de las mismas van enterradas o en túneles o aprovechando las líneas ya existentes". Los responsables del trazado indican que el proyecto contempla medidas, como la limpieza total de la traza y revegetación y adecuación paisajística de la zona afectada, que permitirán que la superficie desbrozada "tenga una anchura de unos 12 metros, actuando como cortafuegos en caso de incendio".

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Sobre la firma

Javier Casqueiro
Es corresponsal político de EL PAÍS, donde lleva más de 30 años especializado en este tipo de información con distintas responsabilidades. Fue corresponsal diplomático, vivió en Washington y Rabat, se encargó del área Nacional en Cuatro y CNN+. Y en la prehistoria trabajó seis años en La Voz de Galicia. Colabora en tertulias de radio y televisión.

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