La CE anuncia una reacción fulminante si los serbios atacan a los 'cascos azules' canadienses en Srebrenica

ENVIADO ESPECIALLos ministros de Exteriores de los Doce terminaron de afinar ayer, en su reunión informal en la isla danesa de Fionia, las medidas de bloqueo total contra Serbia dictadas por el Consejo de Seguridad de la ONU que debe entrar en vigor hoy si los serbios rechazan el plan de paz. Distintos ministros, entre los que se cuentan el español Javier Solana y el danés Niels Helveg Pedersen, aseguraron al término de la reunión que un ataque serbio contra los 150, canadienses del las fuerzas de la ONU (Unprofor) situados en Srebrenica daría lugar a una reacción inmediata de la Comunidad Europea (CE).

La congelación de los haberes serbios en bancos extranjeros, la prohibición del tráfico terrestre hacia Serbia y Montenegro y su exclusión de cualquier tipo de organismo y foro internacional, son las principales medidas que entrarán en vigor hoy mismo.

La crisis balcánica ha ocupado las dos jornadas de Consejo de Ministros informal, convocado para debatir sobre las relaciones con Estados Unidos. El danés Pedersen, como presidente semestral en ejercio de la CE, se limitó a exponer los deseos de mejora en las relaciones transatlánticas, principalmente en el terreno comercial.

La segunda jornada del encuentro ministerial se centró en el estudio de la aplicación de las sanciones contra Serbia. La CE aumentará el número de su personal técnico destinado a vigilar sobre el terreno el cumplimiento de las sanciones. Hasta ahora eran 38 personas, encuadradas en las llamadas SAM (Misiones de Asistencia a las Sanciones) bajo el auspicio de la CSCE (Conferencia de Seguridad y Cooperación en Europa). A partir de ahora serán un centenar y España aportará diez personas más a las dos ya actualmente empleadas en el control de fronteras y comunicaciones.

Los Doce desean el nombramiento de un coordinador de alto nivel, en forma de comisionado de las Naciones Unidas, para que se encargue de la dirección de las actividades vinculadas con el bloqueo a Serbia. Varios ministros volvieron a reiterar la teoría de que "no se descarta ninguna medida incluida la militar", a pesar de que en la etapa actual sólo se trata de aplicar a fondo las sanciones hasta conseguir que los serbios firmen el plan de paz Owen-Vance.

Malestar

Los puntos de vista unánimes sobre las sanciones no ocultaron los desacuerdos e incluso el malestar que produce la ineficacia demostrada hasta ahora en Bosnia. El presidente de la Comisión, Jacques Delors, se acogió a la disciplina que marca el Consejo de Ministros para no entrar en detalles sobre la opinión que le merece la escasa eficacia de las medidas comunitarias. Delors es partidario de esgrimir una amenaza mucho más seria frente al presidente serbio, Slobodan Milosevic.

El danés Pedersen, en cambio, aseguró que personalmente no puede estar a favor en ningún caso de una intervención militar para imponer la paz. El ministro danés es un pacifista, declarado que pertenece al Partido Social Liberal y es precisamente diputado por el distrito de Middelfart. A pesar de sus escrúpulos pacifistas, respondió con un "sí" escueto y profundo cuando se le preguntó si habría una respuesta militar inmediata a una agresión serbia contra las fuerzas de la ONU.

El ministro español, por su parte, aseguró que los serbios conocerían ayer mismo por la tarde las fechas, plazos y condiciones impuestos por la CE. "Hemos hablado de Srebrenica y vamos a intentar desplazar más fuerzas allí", dijo. "No puedo responder con precisión", aseguró ante la pregunta sobre un hipotético ataque serbio. "Pero se reaccionará inmediatamente", añadió.

Los ministros emiteron también un mensaje de apoyo a Boris Yeltsin, coincidiendo con el referéndum de Rusia. Según el ministro de Exteriores danés, "es la mejor esperanza para la democracia y la reforma de Rusia".