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La dura guardia pretoriana del alcalde Jesús Gil

"Mandados por los expertos y policías muy duros, montaremos el servicio para ser los cojonudos", recitan a paso ligero los agentes de la Policía Local de Marbella la letra del subteniente del Ejército en la reserva Antonio Ruiz de quien echó mano Jesús Gil para reestructurar este cuerpo poco después de hacerse con la alcaldía de la localidad malagueña. Desde entonces se presentaron un importante número de denuncias por malos tratos contra los agentes municipales que el abogado de la corporación local, Francisco Navarrete, cifró entre 60 y 80, en las últimas jornadas de la Policía Local.

Estas cifras son rechazadas por los responsables del cuerpo municipal que consideran mucho menor el número de denuncias contra sus agentes, que en su mayoría provienen de jóvenes y en otros casos de colectivos marginales, como el de los inmigrantes senegaleses. El Ministerio de Interior estimó a finales del año pasado en más de 40 las denuncias por supuestas agresiones presentadas en los primeros 18 meses gobernados por la corporación de Gil.

El jefe de la Policía Local, Rafael del Pozo, entiende que en Marbella no se registran más incidentes que en otros lugares, sino que al tener al "alcalde más vendible" puede parecer que son cientos las denuncias por malos tratos. "No hay tantos", confirma Ruiz, quien asegura que son "muchísimos" los denunciantes de sus agentes que reconocen la falsedad de sus acusaciones y "piden perdón y disculpas", agrega.

Violación de derechos

El fiscal de Marbella, Julio Martínez, cifra en cerca de 20 las acusaciones presentadas contra los agentes municipales tramitadas solamente en el juzgado número 1. Martínez señaló la dificultad para determinar el total de las denuncias, dato que tendría que ser recabado tras el registro de las presentadas en los diferentes juzgados de la ciudad. Hasta ahora sólo se conocen que "dos o tres casos" de denuncias se encuentran en trámites de diligencias previas, si bien la Policía Local afirma que ya son varios los juicios celebrados y sus agentes absueltos.Las diferencias entre el proyecto de la policía presentado por Gil y el de los Cuerpos de Seguridad del Estado quedaron patentes a los pocos meses de que el nuevo alcalde tomara posesión de su cargo y fueran suspendidas, en agosto de 1991, las reuniones de la Junta de Seguridad.

Las discrepancias tomaron cuerpo en los últimos meses del pasado año, cuando el comisario de la policía de Málaga, Antonio Martínez Ferrando, remitió al fiscal de la provincia un informe sobre denuncias de violación del derecho del ciudadano e invasión de competencias por la Policía Local de Marbella.

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