Paseo cósmico con alerta roja

"¡Alerta roja, no podemos regresar a la base!". Es un simulacro, pero el ultramoderno sistema de sonido hace que el movido viaje en el Discovery parezca real. Tanto que Silvia, una estudiante de cuarto de EGB, se llevó un buen susto cuando la voz del comandante de la nave anunció que se acercaba una zona de meteoritos y el suelo temblé bajo la butaca. Tras el ruidoso despegue, la lanzadera se desliza plácidamente en el espacio interplanetario. En las pantallas de a bordo aparecen objetos que flotan ingrávidos.Un fallo en el sistema de navegación obliga a abandonar la órbita terrestre y en los monitores aparece el multicolor paisaje de un planeta inexplorado. Pero las esperanzas de conseguir ayuda de algún ser inteligente se desvanecen: el mundo que sobrevuelan no alberga ningún tipo de vida.

La tripulación logra al fin recuperar el control de la nave. "El peligro ha pasado, volvemos a casa". El Discovery regresa a la atmósfera terrestre y Silvia suspira aliviada cuando ve a sus pies la enorme pista de aterrizaje de Cabo Cañaveral, en Florida. Se abre la escotilla de la lanzadera espacial y los tripulantes comienzan a abandonar la nave. Al bajar por las escalerillas, Silvia despierta de su ensueño cósmico. El aire es frío, no se ven palmeras ni barras y estrellas. No está en Florida ni ella es una astronauta de nueve años. "¡Esto es Madrid!".