Yeltsin tiene casi asegurado el triunfo en el referéndum tras el dictamen favorable del Tribunal Constitucional
El presidente ruso, Borís Yeltsin, tiene prácticamente asegurada la victoria en el referéndum del próximo domingo después de que ayer el Tribunal Constitucional fallara a favor de los yeltisnistas en lo que respecta al sistema de cómputo para considerar ganadas las dos primeras preguntas. Bastará con que se pronuncie a favor la mayoría simple de los votantes, no del censo. Ya no habrá dimisión de Yeltsin pues, según todas las encuestas cuyos resultados se han difundido, la mayoría de los que concurran a las urnas responderá sí a la primera pregunta: ¿Confía usted en el presidente?
El Congreso de los Diputados aprobó a finales de marzo una resolución que exigía que todas las preguntas fueran aprobadas por la mayoría del censo, pese a que la ley establece que sólo los temas que requieren modificar la Constitución necesitan tal porcentaje. Para los demás se exige sólo la mayoría de los que concurren a votar.El Constitucional ha dictaminado que ni la primera ni la segunda preguntas -¿Aprueba la política socioeconómica realizada por el presidente y el Gobierno desde 1992?- atañen a la ley fundamental del Estado. Por lo tanto, para ser aprobadas necesitan sólo la mayoría de los que voten el domingo. En cambio, la tercera y la cuarta -sobre la necesidad de elecciones anticipadas de presidente y diputados- sí requieren cambios constitucionales, según el alto tribunal, y exigen los votos favorables de la mayoría del censo.
El periódico Rosíiskiye Vesti publicó ayer los diferentes pronósticos que se hacen con respecto al referéndum. Según el más pesimista, el domingo acudirá a las urnas alrededor del 53% del electorado, y un mínimo del 50,5% dará su confianza a Yeltsin. Si el Constitucional no hubiera fallado a favor del presidente, este porcentaje significaría una derrota, pues representa el 27% del censo.
Según el pronóstico más optimista, la participación será del 70% del electorado y un 62% de los que concurran votarán por Yeltsin, lo que tampoco hubiera sido suficiente para la victoria de éste de haberse adoptado la fórmula del Congreso, pues este 62% representa un 43,2% del censo.
"Debemos seguir avanzando por el camino de las reformas", escribía ayer Yeltsin en un artículo preelectoral publicado en la portada de Rosíiskiye Vesti. El líder ruso reconocía, sin embargo, que la transición a un nuevo sistema "ha resultado ser algo completamente nuevo, impronosticable en muchos aspectos". De ahí que no haya podido cumplir mucho de lo prometido. "Pero esto no significa una renuncia a mis compromisos ni mucho menos una traición, sino una condición indispensable para seguir avanzando", se justificaba Yeltsin.
El presidente condecoró ayer a los grupos de rock que en agosto de 1991 cantaron durante horas junto a las barricadas que defendían la Casa Blanca, sede del Parlamento ruso. "El rock está ganando popularidad y nosotros apoyamos esto. Dejemos que los jóvenes elijan la música que quieren", dijo Yeltsin.
Al atardecer, decenas de miles de personas se congregaron ante la catedral de San Basilio, junto a la plaza Roja, para participar en el mitin-concierto organizado por las fuerzas democráticas en apoyo de Yeltsin. Los cantantes más populares asistieron para solidarizarse con el presidente y pedir a sus fans que le den su voto de confianza.
Aunque el presidente gane, señalaba ayer el viceprimer ministro Serguéi Shajrái, "ninguna de las partes obtendrá una victoria aplastante". Por eso, la única posibilidad de terminar con la crisis, añadía, es celebrar elecciones generales anticipadas. Esta opinión está muy extendida.
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