La razón
La razón es como un pájaro que revolotea sobre nuestras cabezas, expresándose de múltiples maneras. Su actividad no produce sensaciones como el tacto, el olor o el sabor. Es etérea, pertenece a una época, pero, cuando la inteligencia la estampa con su fuerza, perdura en el sentimiento como una huella. Lovecraft y sus alucinaciones convertidas en sueños de los arcanos. Baudelaire y las evasiones de una realidad oculta o ignorada. El pájaro se acerca y aleja para condescender o criticar. Montesquieu contra las razones de la monarquía, la Iglesia y la organización social de su tiempo. Voltalre y su deísmo humanitario opuesto a la intolerancia y los privilegios. La razón enfrentada a la razón, porque pese a ser común no es compartida. El ave de cada hombre difiere en forma y colorido. Si bien importa mucho quien la expone, pertenece al poder. Por eso Voltaire se instaló prudentemente cerca de la frontera suiza. No debió desear tener razón en todo. Es peligroso y además atributo de los listos, ya que siempre existen otras razones. Por eso resulta voluble e inconmensurable, mutante con la historia según el decorado. Pero el escenario siempre es el mismo: paz, justicia, libertad, fraternidad, amor... El sentido común de la humanidad que la razón envuelve sin otorgarle la razón. Jesucristo vino a manifestarlo y le crucificaron. Los partidos democráticos lo ignoran y comienza su vía crucis particular. Por algo debemos empezar, pero sin justicia capaz de castigar con las mismas leyes a todos, jamás habremos empezado.-