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El retrete de mi perro

Artistas, y políticos ofrecen ejemplos prácticos para evitar que los canes ensucien las aceras

José María Álvarez del Manzano tiene tres perros. Antonio Gala, también. Los chuchos del alcalde hacen sus necesidades en el monte de El Pardo, los del dramaturgo ensucian un jardín particular, y el yorkshire de la actriz Lola Herrera utiliza la terraza. La cantante Olga Ramos se lleva la palma en paciencia e ingenio: logró que su perra utilizase un retrete canino de su invención. Pero son pocos los canes que adquieren este hábito casi humano, y, si no viven en un chalé, terminan ensuciando la calle. Algunos famosos ofrecen aquí algunas soluciones para evitarlo, sobre todo en plena huelga de barrenderos.

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La cantante Olga Ramos tuvo una perra loba, de nombre Pandora, a la que enseñó a utilizar una especie de retrete canino diseñado por ella misma: un plato de aluminio encima de unos periódicos en el suelo del baño. Con mucha paciencia y premiando a Pandora con algo de comida cada vez que utilizaba el insólito inodoro, la cupletista evitó tener que bajar a su perra a la calle cuando el animal tenía una urgencia. "Si el chucho deja una boñiga donde no debe", explica Olga Ramos, "yo lo recojo con un guante de goma y lo meto en una bolsita que va a la papelera".Ana Diosdado, actriz y escritora, reconoce que no es fácil enseñar a los perros el hábito humano de utilizar un inodoro. Pero se les puede acostumbrar a agacharse en sitios donde las cacas abonen la tierra y no molesten al resto de los ciudadanos.

Hasta los chuchos más tontos aprenden a hacer sus necesidades en los alcorques de los árboles", como hace el suyo. Ella compara disciplinar los canes con la educación de los niños: "Hay que tener paciencia y dedicarles tiempo".

La diputada de Izquierda Unida Cristina Almeida opina que lo primero es enseñar higiene a los animales racionales. "Hacer teoría sobre la higiene canina sin haber educado antes a los humanos", argumenta, "me parece empezar por el final". La abogada tiene un yorkshire extraordinariamente independiente, a decir de su dueña. "Me conoce mejor que yo misma, pero no quiere nada conmigo, ni pasear". Su perro abona un trozo de césped que rodea su casa.

Pero el problema no estriba únicamente en la falta de civismo de los dueños de perros. Coral Bistuer, medalla de oro en tackwondo en los Juegos Olímpicos de Barcelona, cree que no hay suficientes espacios para los chuchos en la ciudad. Ella tiene un doberman y siempre se ha preocupado por vivir cerca de parques o descampados donde el perro pueda corretear a sus anchas. Ahora se ha mudado a un chalé y lleva al chucho a un solar cercano para que no le siembre el césped de cagadas. "De todas formas, todavía no tenemos mentalidad europea y poca gente retira del suelo los excrementos. de su perro", apostilla Coral.

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Y eso ahora, con la huelga de barrenderos, es, doblemente preocupante.

A todos los amos de perros se les ensanchan los ojos al hablar de sus peludos compañeros. La mayoría tiene canes de raza, pero la perra del actor Andrés Pajares es toda una artista, a pesar de su origen plebeyo. La encontraron abandonada en un pueblo riojano y desde hace siete años le hace babear con sus monerías. Su principal habilidad consiste en cantar el "bamboleo" para dejar boquiabiertas a las visitas.

Víctor Ullate se lleva a Piqué, su caniche, de gira por España. El próximo día 22 su compañía bailará en Avilés, y seguramente Piqui, como también le llaman, compartirá habitación con su dueño en el hotel. Como muestra de una exquisita sensibilidad de familia, durante los ensayos no cruza la sala hasta que la música que acompaña los pasos de danza deja de sonar.

Para los canes que llegan a adultos sin la educación higiénica pertinente, Ana Diosdado recuerda que existen escobillas y pinzas para recoger las malolientes boñigas. El dramaturgo Miguel Narros y la cantante Alaska prescinden de artilugios modernos: "Un papel de periódico hace la misma función" dice Narros. Alaska suele llevar a sus perros -un galgo y dos terrier- a la Casa de Campo, donde sus deposiciones abonen y no molesten.

Iniciativa ciudadana

El papel resulta además mucho más barato que las bolsitas: las que tienen un cartoncillo para facilitar la labor cuestan unas 25 pesetas cada una. Si se prefieren las pinzas de plástico, salen por 500, y las 100 bolsas de repuesto, otras 250. El Ayuntamiento instala en Chamberí expendedores gratuitos de bolsitas y contenedores para depositarlas, pero casi nunca hay repuestos porque algún gamberro tira del rollo y acaba con las bolsas.La iniciativa de los propios ciudadanos dio con una solución sencilla, barata y eficaz para mantener limpia la plaza de Olavide. Los vecinos que tienen perro se turnan para proveer a la comunidad canina de escoba y recogedor, que curiosamente nadie suele robar. Cada vez que el chucho deposita una boñiga, el dueño, sin doblar el espinazo ni sentir la tibieza de la caca reciente en sus dedos, barre la suciedad y la mete en un contenedor que luego vacía el jardinero.

Uno de los asiduos de la plaza, Carlos de la Guardia, explica que la mayoría de los que van allí cumplen la costumbre. "Pero si alguien se despista no pasa nada: al tiempo que recoges una, te llevas las que encuentras por el camino". Gracias al rudimentario método de la escoba, el recinto de perros se mantiene bastante limpio, a pesar de que al anochecer pueden verse 20 o 25 perros a la vez. Pero tal cantidad de chuchos juntos también da otros problemas. Tronco, el schnauzer gigante de Carlos, cogió garrapatas a los pocos días de empezar a pasear por la plaza.

Además, en cuanto un can chilla mientras juega con otro, todos los demás acuden y se forma una pequeña trifulca. Sin embargo, a los perreros de Olavide les compensa frecuentar la plaza: acaban formando una pandilla que ya ha celebrado cinco fiestas desde hace año y medio.

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