Del vídeo de la paliza al saqueo de la ciudad
Hace casi un año, el 29 de abril de 1992, un jurado del Estado de California declaró no culpables a cuatro policías blancos de Los Ángeles, el sargento Stacey Koon y los agentes Laurence Powell, Theodore Brise no y Thirnothy Wind, acusados de propinar una brutal paliza a un hombre de raza negra, Rodney King, el 3 de mayo de 1991. Este apaleamiento fue grabado en vídeo por un aficionado y sus imágenes fueron difundidas por todo el mundo. El jurado, formado por 10 blancos, un hispano y un asiático, estuvo cuatro jornadas deliberan do y se declaró "bloqueado" (sin poder emitir un veredicto) sobre el excesivo uso de la fuerza por el agente Powell, por lo que el juez declaró el juicio nulo en esa acusación.Instantes después de emitirse el sorprendente veredicto, que ignoraba la rotunda evidencia de crueldad del vídeo, miles de jóvenes negros se echaron a las calles en la zona de South-Central, el barrio de la comunidad negra. Indiscriminadamente, los manifestantes, al grito de "¡Sin justicia no hay paz!", arrasaron la ciudad: incendiaron edificios y coches, saquearon comercios y atacaron a blancos y asiáticos.
El alcalde de Los Ángeles, Tom Bradley, de raza negra, impuso el estado de emergencia, acuarteló a las tropas de la Guardia Nacional y pidió a los ciudadanos que permaneciesen en sus casas. Murieron 53 personas, hubo cerca de 1.200 heridos, 3. 000 detenidos y más de 115. 000 millones de pesetas en pérdidas ocasionadas por los disturbios. Alrededor de 1.500 edificios de la ciudad quedaron destruidos total o parcialmente por las llamas.
El día 1 de mayo los disturbios raciales se habían propagado a otras ciudades: San Francisco, Seattle, San Diego , Las Vegas, Filadelfia, Nueva York, Atlanta y Tampa. Ante esta situación, el presidente George Bush envió 1.000 agentes federales, con miembros del cuerpo de élite SWAP, a Los Ángeles y movilizó a 4.000 soldados de infantería para actuar en cualquier momento. Fue la primera vez que se decidió utilizar tropas federales en un conflicto interno norteamericano desde los brotes de violencia racial de los años sesenta.
Una impresionante demostración de fuerza desplegada en las calles de Los Ángeles y el llamamiento a la calma hecho por Rodney King, la víctima del caso que desencadenó la venganza, devolvieron el día 2 de mayo la paz a la ciudad, que quedó con edificios y barrios arrasados y que hizo de estos sucesos los más destructivos, desde el punto de vista económico, de toda la historia de Estados Unidos.
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