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La lucha por los medios de comunicación muestra el doble poder en Rusia

La proximidad del referéndum y, eventualmente, de nuevas elecciones ha hecho que el control de la televisión se haya convertido en uno de los puntos principales de la pugna que enfrenta en Rusia a los poderes ejecutivo y legislativo. Así, a los decretos que Borís Yeltsin firmó el pasado día 20 para reforzar su posición sobre los medios de comunicación audiovisual, el Congreso respondió a última hora del domingo con una resolución que pone la televisión bajo su control, con lo que ha llevado también a la pequeña pantalla la compleja situación de doble poder que vive el país.

Que la gran preocupación de los diputados son las próximas campañas políticas se pone de manifiesto en la configuración de la resolución aprobada: después de establecer algo tan genérico -y fundamental- como es la transferencia de "la radio, la televisión y los servicios de información" del control del Ejecutivo al del Legislativo, pasa inmediatamente a determinar la creación de algo tan concreto como son unos "sóviets de vigilancia", cuya función debe ser la de garantizar que todas las opiniones políticas tengan su espacio merecido en esos medios de información. "Han de tomarse las medidas necesarias para que no se monopolice políticamente la radio y la televisión", subraya, al tiempo que establece que los directores de esos medios deben ser nombrados por el sóviet federal de vigilancia, de acuerdo con el Parlamento.Anatoli Lisenko, vicedirector de la compañía de la radio y televisión rusas, consideró ayer que la resolución del Congreso no hace más que "impulsar el enfrentamiento", y expresó a este diario su preocupación por la creación de los sóviets de vigilancia, "que no son más que órganos de censura". En su opinión, llevaran a "una lucha denodada por el tiempo en televisión".

El conflicto por el control de la televisión viene de lejos y, de momento, la mejor parte se la ha llevado siempre el presidente, como puede comprobarse fácilmente por los comentarios editorializantes favorables a Yeltsin que se incluyen en casi todos los espacios informativos, especialmente en los de la cadena federal rusa. El último triunfo de las fuerzas gubernamentales se produjo el martes pasado, tras la aparición de los decretos de Yeltsin, cuando el procomunista Alexandr Netsórov se quedó sin su programa 600 segundos, uno de los más populares de la cadena de San Petersburgo. Ayer se le anunció que podía volver a presentar el programa si pasaba censura previa.

En los decretos presidenciales del día 20, junto a disposiciones tendentes a garantizar la objetividad en los medios de comunicación, aparecía también la inquietante decisión de Yeltsin de encagar al Ministerio del Interior que tomara "las medidas pertinentes para la defensa" de la radio y la televisión estatales, las agencias de información y las imprentas de prensa.

Censura en todos los niveles

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Mijaíl Fedotov, ministro de Información, consideró ayer que la resolución adoptada por el Congreso "retrasa 10 años el reloj de la libertad de información", afirmación que fue completada por el diputado demócrata radical Piotr Filipov al señalar que se, trata de "un intento de imponer la censura de los sóviets a todos los niveles".

El ministro puso de relieve que la resolución parlamentar¡a creaba una situación de doble poder que ponía a los periodistas en una situación muy difícil, como la de "aquel burro que era estirado por dos lados a la vez". La resolución, agregó, es contraria a la Constitución y a la vigente ley de prensa, aprobada por el Parlamento, porque ambas establecen que los medios de comunicación son competencia de la Presidencia. Por este motivo, más de un centenar de diputados, con él al frente, han presentado un recurso contra la decisión del Congreso ante el Tribunal Constitucional.

Vital¡ Vizhutóvich, un veterano periodista del diario reformista Izvestia, comentó ayer que los decretos de Yeltsin y la resolución del Congreso son parte de una lucha por el poder que empieza y acaba en sí misma. "Ni uno ni otro pueden lograr, la mayoría de las veces, que se cumplan sus decisiones", concluyó.

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