Calor propio
La Bolsa española trató ayer de demostrar que el nivel actual de las cotizaciones es el adecuado para las situación económica y política. Para ello, nada menor que hacer saltar la banca al anunciarse una OPA sobre una sociedad inmobiliaria, Urbis, por parte de su casa matriz, Banesto.Si alguien compra una inmobiliaria en estos momentos debe ser porque la situación no es tan mala como parece, aunque lo que importa de verdad en la Bolsa es que los accionistas de control, los mayoritarios, pueden tratar de comprar sociedades a precios de saldo antes de que lo haga cualquier otro.
Si a esto se le añade que desde primeras horas de la mañana el volumen negociado había recibido un empujón de más de 7.000 millones de pesetas a base de aplicaciones efectuadas por un solo intermediario, resulta relativamente sencillo comprender el interés del corto plazo por una Bolsa que sigue dentro del estado de crisis. El volumen total de la sesión superó los 23.000 millones de pesetas.
El índice general, con un avance de tres puntos, se sitúa otra vez junto a la directriz bajista fundamental, lo cual aumenta el riesgo de las apuestas al tiempo que las hace más atractivas. Al cierre, se ganó un 1,27%, mientras que el Ibex 35 se anotaba una ganancia del 1,25%.