_
_
_
_
_

Los mineros siberianos amenazan con la huelga general si cae Yeltsin

El Sindicato Independiente de Mineros (NPG), uno de los máis poderosos en la cuenca carbonífera siberiana de Kuzbas, amenazó ayer con organizar una huelga general si el presidente Boris Yeltsin es destituido. Un paro en este yacimiento, el más importante del país, sería un duro golpe para la baqueteada economía rusa. La región de Kuzbas produce el 80% de todo el carbón destinado al sector metalúrgico y el 37% del empleado en el sector energético.

"Si Yeltsin es destituido, tenemos el derecho a declarar algo más que una simple huelga de advertencia", dijo Nikolái Chasovskij, uno de los líderes sindicales, en la capital regional de Kemerovo, a 3.000 kilómetros al este de Moscú. "Podemos usar todas nuestras armas, y en primera instancia estoy hablando de una huelga indefinida", añadió. Los mineros de esta cuenca hicieron una huelga de tres meses en 1991 para apoyar a Yeltsin en una batalla, politica anterior contra el entonces presidente de la Unión Soviética, Mijaíl Gorbachov.La huelga dañó seriamente a la economía y con ella los mineros se ganaron la reputación de firmes partidarios del líder ruso. Desde entonces, muchos ciudadanos han ido retirando su respaldo a Yeltsin, cuyo drástico programa de reformas, dicen, ha empeorado considerablemente las condiciones económicas. Los mineros, en cambio, culpan al Parlamento, que ha bloqueado buena parte de las reformas, de paralizar la economía.

Los mineros están descontentos con el caos financiero de Rusia, que provoca el retraso en el pago de sus salarios y en la recepción de los enormes subsidios estatales que mantienen las minas a flote. El Sindicato Independiente de Mineros ya había anunciado una convocatoria de huelga para el próximo 1 de abril si sus demandas económicas no recibían atención. Esta organización se separó del antiguo gran sindicato minero en 1989. Hoy agrupa a 25.000 de los 35.000 mineros de la región que trabajan en el subsuelo. La organización matriz agrupa a 400.000 trabajadores, la mayoría técnicos que trabajan en superficie. Sus adversarios reconocen que tiene una gran influencia.

"El NPG es un grupo de provocadores", explica Aman Tuleyev, jefe del Parlamento regional de Kemerovo y un firme opositor a Yeltsin, que resalta que la seguridad en las minas ha empeorado por la falta de inversiones. "Todo esto no tiene sentido. La gente está muriendo y ellos se meten en política".

Tulciev y el jefe de la Administración local, Mijaíl Kisliuk, que apoya a Yeltsin, han pedido a la población que mantenga la calma y que no vaya a la huelga. Nikolái Trusov, jefe de prensa de la organización de sindicatos de Kemerovo, dice que el NPG está utilizando métodos ilegítimos para soliviantar a la gente.

Únete a EL PAÍS para seguir toda la actualidad y leer sin límites.
Suscríbete

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_