_
_
_
_

Campomanes, la tercera estrella

Leontxo García

Pocos presidentes de federaciones deportivas alcanzan tanta fama como las grandes estrellas; uno de ellos es Florencio Campomanes. Los numerosos dramas representados en el ajedrez mundial desde 1983 no hubieran existido sin la intervención de este filipino de baja estatura, tez morena, pelo blanco, bigote imprescindible y mirada penetrante. Hasta sus más encarnizados enemigos, que no dudan en calificarlo como "un gran dictador", reconocen su inteligencia y admiran su endiablada astucia.A los 67 años, Campomanes derrocha carisma y domina el arte de la negociación. "La clave de esa virtud está en mis once anos de educación benedictina. Después fui profesor de estudios orientales para diplomáticos en la Universidad de Georgetown (Estados Unidos). Allí también aprendí mucho, pero hay otro factor fundamental para explicar mi éxito; mi lema es: 25 horas al día y cada día es lunes", dijo a EL PAÍS durante la Olimpiada de ajedrez de Manila, en 1992.

Más información
La FIDE desposee del título mundial a Kaspárov

Actividad trepidante

Ya no puede jugar al tenis diariamente porque un accidente de coche en Uganda le produjo una seria lesión en el cuello. Pero exhibe una actividad trepidante, el avión es su segunda casa y apenas duerme. En plena campaña electoral fue capaz de recorrer 14 estados africanos en 18 días. Le gusta definir al ajedrez como "una religión extendida por 150 países", visitados en su gran mayoría por este Papa del tablero al que le encanta el vino de Vega-Sicilia, como demostró en Sevilla cuando fue invitado por el Ayuntamiento.

Sin embargo, el sumo pontífice de Caissa, la diosa del ajedrez, no ha podido -¿o no ha querido?- evitar el cisma. Gari Kaspárov, aquél joven díscolo nacido en Azerbaiyán de madre armenia y padre judío, nacionalizado ruso, sigue causándole los fuertes dolores de cabeza que empezaron en 1984, cuando el filipino se ganó el apelativo de Karpomanes por el apoyo que prestó a su "amigo Kárpov".

A pesar de las contundentes manifestaciones de Campomanes sobre Short -"ha renegado de la organización que le adoptó como niño prodigio para convertirle en aspirante al título mundial"-, varios indicios permitían pensar que el campeón y el presidente de la FIDE iban a llegar a un acuerdo pragmático para que el duelo entre Kaspárov y Short se celebrase en Manchester con reparto de la tarta millonaria para todos.

El pacto implicaba que, para futuras ediciones, la FIDE cedía los derechos del Campeonato del Mundo a la nueva Asociación Profesional de Kaspárov y Short. Si el astuto Campomanes, consciente de que jugaba esta partida con las piezas negras, no ha aceptado la propuesta de tablas, debe tener alguna razón muy poderosa.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Leontxo García
Periodista especializado en ajedrez, en EL PAÍS desde 1985. Ha dado conferencias (y formado a más de 30.000 maestros en ajedrez educativo) en 30 países. Autor de 'Ajedrez y ciencia, pasiones mezcladas'. Consejero de la Federación Internacional de Ajedrez (FIDE) para ajedrez educativo. Medalla al Mérito Deportivo del Gobierno de España (2011).

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_