Aznar dice que no quiere ni apuesta por un Gobierno de coalición, tras conocer los últimos sondeos

"No quiero ni deseo ni apuesto por un Gobierno de coalición", dijo ayer el presidente del Partido Popular, José Maria Aznar, tras conocer los datos de la macroencuesta de EL PAÍS, que ofrecen un virtual empate entre el PSOE y el PP si las elecciones se celebraran ahora. "Creo que la tendencia a crecer del PP y a perder votos del PSOE va a agudizarse. Aspiro a una mayoría razonable y suficiente". Aznar hizo ayer en Barcelona un llamamiento para evitar que España, tras la derrota de la izquierda en Francia, se quede descolgada de Europa y convertida "en un reducto del socialismo fracasado".

Aznar insistió ayer en que no subirá los impuestos si llega al Gobierno y dijo que la reducción del déficit público debe hacerse controlando el gasto. En el transcurso de una conferencia en la escuela de negocios Esade y ante unos 300 empresarios, miembros de su partido y estudiantes, el líder del PP propuso la eliminación de la jubilación forzosa a los 65 años para jueces y profesores. "Es positivo que haya una jubilación parcial si así lo decide la persona".Aznar defendió los objetivos de reducción del déficit, deuda, inflación y tipos de interés que exige Maastricht, pero cuestionó que todos los países deban cumplir a la vez estos objetivos. "Hay varias velocidades. España no es Alemania ni Francia".

Afirmó que un hipotético gobierno presidido por él será capaz de reducir el gasto y moderar los salarios sin que empeore el, clima social. "Alguien pensaba, que el PSOE garantizaba eso y, no era así". "Se han firmado más acuerdos sociales con gobiernos, de centro-derecha que con socialistas", añadió.

Credibifidad y corrupción

Aznar presidió por la mañana una reunión de la ejecutiva nacional del PP y arremetió contra Felipe González, al que negó autoridad moral y credibilidad para enfrentarse a la corrupción.

El líder del PP insistió en que su objetivo es "abrir España a la renovación y el cambio" y los sondeos confirman "que las puertas están abiertas". El dilema que se presenta ante la próxima cita electoral, según el candidato popular a La Moncloa, no es tanto derecha o izquierda sino "renovación o inmovilismo". El presidente del PP estableció diversos paralelismos entre la situación francesa y la española, para concluir que la derrota socialista se producirá también al sur de los Pirineos. "En Francia se decía hasta hace poco que no había alternativa y que el centro derecha no presentaba propuestas concretas", indicó, antes de advertir: "Quien espere de nosotros grandes promesas, se equivoca. No las vamos a hacer".

Otra similitud, según Aznar, es que "en Francia había corrupción y paro como grandes problemas, y aquí también; indignación popular por las promesas incumplidas y por tanta ineficacia, y aquí también". Si el paro ha sido un factor determinante en el vuelco político francés, en España hay razones aún más contundentes, argumentó, "porque allí son tres millones de parados sobre 27 millones de activos y aquí sobre 12 millones".

Aznar evitó referirse a la mayoría absoluta como objetivo pero reiteró los llamamientos a los ciudadanos en demanda de "una mayoría suficiente para gobernar con eficacia y estabilidad" y aprovechó el escenario para denunciar el apoyo de los nacionalistas de CiU a la política económica del Gobierno.

Arremetió a renglón seguido contra las medidas anticorrupción que prepara el jefe del Gobierno, Felipe González, al que negó autoridad moral en este terreno. "Cuando se ha negado la evidencia, descalificado al que denunciaba y obstaculizado por todos los medios la investigación" señaló, "no se tiene autoridad moral. Quien ha contribuido a que la corrupción sea un problema lo que tiene que hacer es dejar de contribuir".

El líder del Partido Popular puso en duda que la cesión del 15% del IRPF a las autonomías sea un paso en la corresponsabilidad fiscal, porque aún no se conoce la fórmula.