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Reportaje:

Ganar el oro con tiempo prestado

Un futbolista que triunfó en Barcelona 92, obligado a volver a la 'mili' por aquel mes de permiso

Estaba entrenando con el equipo en los anexos del nuevo estadio José Zorrilla cuando apareció el sargento Clavero. Según me explicó, tenía que presentarme en el cuartel donde había realizado el servicio militar para informarme de varias cuestiones que me interesaban. En el acuartelamiento, y ante mi sorpresa me anunciaron que tenía que volver a incorporarme a la mili al faltarme de cumplir precisamente el mes que me concedieron de permiso para participar en los Juegos de Barcelona".

En este tono entre escéptico y conformista se expresa el goleador del Real Valladolid Ernilio Amavisca, de 21 años de edad y medalla de oro en los recientes Juegos Olímpicos con la selección española de fútbol que dirigió Vicente Miera. Amavisca cumple, desde el pasado 4 de marzo, un mes más de servicio militar aun a pesar de que ya le habían concedido su licencia el 27 de febrero.

Amavisca, que ha conseguido que se le permita entrenar con sus compañeros dos días a la semana, desempeña ahora, en el vallisoletano cuartel de Farnesio, "tareas burocráticas... un papel aquí, otro allá". Desde la Federación Española de Fútbol se había negociado con el Ministerio de Defensa la concesión de un mes de permiso para concentrarse primero con la selección, y para participar después en los Juegos. Amavisca no entiende cómo se le ha llamado nuevamente a filas. "Ya había renunciado a los 20 días de permiso que me correspondían como a todo soldado e incluso me habían entregado la blanca [licenciado].

Emilio Amavisca, natural de Laredo (Cantabria), debutó a los 19 años en Primera División con el Real Valladolid, actualmente en Segunda. Este jugador, muy codiciado por los equipos punteros de la Primera División y que a todas luces cambiará de aires al final de la presente temporada, sigue esperando una explicación clara. "Quiero saber quién es realmente el responsable de que haya tenido que volver al cuartel, en el que, por cierto, me tratan estupendamente".

"Lo más divertido de todo lo ocurrido ha sido la sorpresa generalizada de los integrantes de la plantilla del equipo; al principio creían que me iba a reenganchar. Algunos compañeros del cuartel todavía no han entendido del todo mi vuelta a las dependencias del Regimiento Farnesio por órdenes superiores", explica el jugador.

Su regreso a la vida militar ha tenido también sus problemas: "Había regalado parte del equipo que me entregaron, y ahora han tenido que buscarme botas nuevas y otras piezas más del conjunto que me entregaron para prestar el servicio militar".

La pregunta que ahora se hacen muchos aficionados vallisoletanos es si le ha servido de algo a Amavisca haber ganado la medalla de oro en Barcelona cuestión a la que él contesta: "No es comparable; haber conseguido el oro olímpico es lo más grande que me ha ocurrido en la vida".

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