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Alemania reabre la polémica de la energía nuclear

La batalla sobre la e energía nuclear en Alemania, que parecía cerrada con la relativa victoria de los grupos ecologistas durante le década pasada, especialmente tras la catástrofe de la central de Chernóbil en Ucrania en 1986, se ha reabierto de nuevo. El lobby pronuclear, con nuevos argumentos y el apoyo del Gobierno de Bonn, intenta ahora no sólo alargar la vida de las centrales ya en funcionamiento, sino asegurarse pedidos futuros para poder seguir investigando en nuevas técnicas. Pero su campaña ha sido cortada de raíz con el reciente descubrimiento de un fallo grave en el reactor de Brunsbüttel, cerca de Hamburgo.

La batalla antinuclear, que movilizó a la izquierda alemana occidental durante la década pasada, aunque no consiguió formalmente la renuncia oficial a utilizar este tipo de energía, consiguió de hecho que se congelaran todos los planes. Desde 1988, en que se puso en funcionamiento la planta Neckarwestheim II, no se ha inaugurado ninguna central nuclear en Alemania, e incluso algunas, como la Mülheim-Kärlich, cerca de Coblenza, debió cerrar en 1990 a causa de una decisión judicial.Entre 1988 y 1991 se han paralizado tres proyectos: en 1988 se abandonó el proyecto del reactor de alta temperatura en Hamm-Uentrop, en Westfalia; en 1989 se cerró definitivamente la central de reciclaje de Wackersdorf, en Baviera, el lugar donde se produjeron los mayores enfrentamientos del movimiento antinuclear con la policía, y en 1991 en Kalkar, en el Bajo Rin, se archivaron los planes de otro reactor.

A finales de 1992, los dos gigantes de la energía en Alemania, RWE y VEBA, escribieron una carta conjunta al canciller Helmut Kolil en la que abogaban por "un final en orden" de la energía nuclear, añadiendo que no pretenden construir nuevas centrales atómicas "contra la voluntad de la población". En el fondo, ambas empresas parecían así adaptarse al plan establecido por los socialdemócratas en la asamblea de Núremberg de 1986, donde se decidió "salir de lo nuclear" en 10 años.

Sin electricidad barata

Pero ahora, cuando parecía que el tema estaba cerrado y la mil¡tancia ecologista adormilada, los defensores de la energía nuclear aseguran que Alemania, que obtiene un tercio de su energía de estas fuentes, podría quedarse sin electricidad barata cuando, en las primeras décadas del siglo que viene, cierren, como está previsto, las plantas nucleares en funcionamiento en la actualidad.El lobby atómico, que vio cómo sus últimas esperanzas se desvanecían eón el accidente de la central soviética de Chernóbil en abril de 1986, utiliza ahora argumentos más propios de sus detractores: la defensa del medio ambiente. A quienes argumentan que Alemania dispone de suficiente lignito y carbón como para no necesitar la energía nuclear, les responden con las predicciones sobre el calentamiento de la Tierra debido al llamado efecto invernadero, precisamente causado por la querría de combustibles orgánicos.

El fondo de la resurrección del debate sobre la energía nuclear hay que buscarlo más en una querella geográfica entre el norte y el sur de Alemania. El primero en abrir la polémica fue el ministro de Medio Ambiente de la conservadora Baviera, Peter Gauweiler, para quien "el final de las centrales nucleares supondría una pérdida de 25.000 millones de marcos para Bayernwerk (la compañía electrica bávara, propiedad del Gobierno regional) y sería el retorno de la antigua dependencia de Baviera con respecto al norte".

La empresa Siemens, fabricante de centrales nucleares, aprovechando la reapertura del tema aportó sus propios argumentos. "No se puede asegurar el desarrollo de la tecnología para centrales más seguras si no hay pedidos", dijo uno de sus directivos, añadiendo que la empresa planea invertir 200 millones de marcos en el desarrollo del proyecto del reactor de seguridad germano-francés EPR. "Si no hay una decisión positiva sobre la energía nuclear", añadió, "la técnica se muere".

Pero cuando parecía que el debate estaba de nuevo abierto llegó el informe de la inspección de la central nuclear de Brunsbüttel, cerca de Hamburgo.

Los técnicos encontraron 127 fisuras microscópicas en las tuberías de esta planta y todo parece indicar que no se produjeron durante la construcción de la central, sino durante su funcionamiento, lo que supone que fallos similares irán apareciendo en todas las demás instalaciones de este tipo.

Se ha sabido también que dos inspectores de AWECO, una empresa, ahora desaparecida, encargada de revisar la seguridad de las centrales para el Gobierno de Bonn, fueron presionados para que no encontraran "demasiados defectos" en sus investigaciones.

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