El Parlamento ruso fuerza a Yeltsin a ceder poder para seguir como presidente
El pulso por el poder mantenido por el presidente ruso, Borís Yeltsin, y el del Parlamento, Ruslán Jasbulátov, no concluyó ayer, pero sí se inclinó claramente a favor de los rivales de Yeltsin. Los parlamentarios renunciaron a iniciar un proceso de destitución presidencial a cambio de que se creara una comisión que hoy ha de definir con precisión en qué quedan los poderes del humillado primer mandatario. La sesión extraordinaria del superparlamento debía haber concluido ayer, pero el acalorado debate, en el que no faltaron las descalificaciones personales entre Jasbulátov y Yeltsin, obligó a prolongar un día más las discusiones.Hubo un momento en que el presidente llegó a abandonar el plenario para mostrar su ira con un diputado que quiso plantear una moción de censura.
La jornada se cerró con la creación de la comisión encargada de delimitar los poderes presidenciales. Las protestas de Yeltsin a favor de un poder presidencial fuerte -"no porque yo sea presidente, sino porque estoy convencido de que sin esto Rusia no sobrevivirá", llegó a decir- cayeron en oídos
sordos.
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