Kohl negocia con los 16 Estados alemanes su contribución al Pacto de Solidaridad
El canciller Helmut Kohl y los ministros presidentes de los 16 Estados federales alemanes (länder) inciaron ayer las conversaciones sobre el Programa de Consolidación Federal, el paquete de medidas fiscales y de reducción del gasto público que forma el eje central del llamado Pacto de Solidaridad, destinado a reducir los déficit del sector público y ayudar a financiar la reconstrucción de la antigua Alemania comunista. Antes del inicio de la reunión, los líderes regionales expresaron mensajes contradictorios que iban desde la radical oposición a la reducción de las prestaciones sociales propuesta por el Gobierno hasta su "optimismo" sobre la posibilidad de un acuerdo.El líder socialdemócrata Björn Engholm, que es también el ministro presidente de Schleswig Holstein y sobre quien ha recaído, hasta cierto punto, la representación de los intereses de los länder, mayoritariamente gobernados por el SPD, se mostró ayer más flexible que en los últimos días cuando, tras la catástrofe electoral que sufrió su partido en las elecciones municipales de Hessen, anunció una postura mucho más dura con respecto al Gobierno. Engholm aseguró sentirse "optimista", desveló que las posiciones entre ambas partes se habían acercado considerablemente y añadió: "Sólo es necesaria una dosis de buena voluntad por parte del canciller".
Muy distintas fueron las declaraciones del ministro presidente de Hessen, el también socialdemócrata Hans Elchel, para quien su partido "tiene la obligación de velar por los intereses de la clase trabajadora y resistirse a los recortes en las prestaciones sociales". Por su parte, Gerhard Schroeder, igualmente socialdemócrata y ministro presidente de Baja Sajonia, exigió a Bonn que adopte los mismos recortes en su presupuesto que los que quiere imponer a los länder. "Sí el Gobierno está dispuesto a hacerlo, y eso es lo que espero, entonces nosotros también lo haremos".
El democristiano Kurt Bledenkopf, ministro presidente deSajoma, en la ex RDA, y uno de los políticos de la CDU más abiertamente críticos con la política del Gobierno, quiso apuntar a una de las reformas clave que subyacen en esta polémica, la del reparto de las cargas entre los Estados a través del Finanzausgleich, que redistribuye el dinero de los länder más ricos a los más pobres, y al que aún no pertenecen los cinco de la ex RDA. "Se trata de la reorganización del sistema federal en Alemania", dijo, "un enorme esfuerzo para poner el proceso interno de unificación y la reconstrucción de Alemania del este en una base sólida y sostenible".
El proyecto del Gobierno incluye un mayor endeudamiento del Estado para asumir el déficit presupuestario, cortes en el seguro de desempleo y otras reducciones en servicios sociales, y pospone una subida de los impuestos directos hasta 1995. La oposición y la mayoría de los Estados federales desean una inmediata subida de impuestos, centrados en los más ricos, y menores recortes en las prestaciones sociales.
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