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La DC italiana pone en entredicho la 'ley del perdón'

Nfino Martinazzoli, secretario de la Democracia Cristiana (DC), partido mayoritario del Gobierno italiano, lanzó anoche un jarro de agua fría sobre la polémica "solución política" para el problema de la corrupción aprobada el viernes por el Gabinete de Giuliano Amato, al expresar serias dudas sobre la constitucionalidad de la despenalización de la financiación ilegal de los partidos políticos con efectos retroactivos.

En el contexto de una reacción moderada, sólo el Partido Democrático de la Izquierda (PDS), ex comunista, y la Liga del Norte, a través de exponentes de segundo plano, habían criticado inicialmente esta medida y la posibilidad de pactar la pena en los supuestos más graves de corrupción o prevaricación, que seguirán siendo delito.Pero las reacciones adversas subieron rápidamente de tono a lo largo de la tarde de ayer. El radical Marco Panella, aliado hasta ahora del Gobierno de Amato, afirmó que las medidas aprobadas representan "una definitiva restauración" en la fase revolucionaria que creen vivir muchos italianos.

"Muchas de las medidas adoptadas parecen directamente dirigidas a crear un régimen de favor para los políticos investigados", declaró ayer Giuseppe Chiarante, ex comunista, portavoz de los senadores del PDS. "Baste pensar en la sustitución de la pena de cárcel, no por un alejamiento definitivo de la vida política, sino por una inhabilitación por sólo tres o cinco años", añade.

La decisión de despenalizar por decreto las infracciones de la ley de financiación de los partidos políticos supone un giro de 180 grados contra lo que se hizo en 1974, precisamente cuando saltó un primer escándalo generalizado de comisiones ilegales relacionadas con el comercio del petróleo. Se trata del punto más conflictivo de las medidas adoptadas el viernes.

Licencia para robar

"No es, un borrón y cuenta nueva, pero amenaza con convertirse en eso, si la despenalización prevista es interpretada y usada como una verdadera y propia licencia para robar", se leía en el editorial de La Stampa, diario turinés del grupo Fiat. La crítica más dura fue la que formuló, desde dentro del Gobierno, Carlo Ripa de Meana, ministro ex socialista de Medio Ambiente, quien señaló: "Estas normas paralizarán las investigaciones de los jueces".

"Con estos decretos, Conso y el Gobierno han optado por sofocar Manos Limpias (denominación popular de la investigación de los magistrados milaneses) y por resucitar Tangentópolis (sinónimo de corrupción política, pues las comisiones ilegales se llaman en italiano tangentes)", manifestó, por su parte, el portavoz de la Liga Norte en la Cámara de Diputados, Marco Formentini.

La parte más interesada en el asunto, los magistrados de Milán, mantenían entretanto un cerrado silencio, escudándose en el argumento de que las medidas sólo se conocen por referencias parciales.

Cuando explicó lo aprobado, la primera preocupación del ministro de Justicia, Giovanni Conso, un jurista con fama de ser independiente de los partidos y que se juega en estas medidas su prestigio personal, fue precisamente dejar claro que "despenalizar no quiere decir dejar sin castigo".

Sin embargo, las despenalizaciones aprobadas el viernes en Italia fueron mucho más lejos del simple problema de la financiación de partidos políticos. También se despenalizó, por ejemplo, la firma de cheques sin fondos y ciertas irregularidades derivadas del derecho marítimo.

El diario La Repubblica, que se ha mostrado especialmente agresivo con el estado actual de la política italiana, afirmaba en su editorial: "La supresión de la cárcel para los señores de la tangente es un bocado duro de digerir. Pero en el otro plato de la balanza está la certeza de su condena inmediata sin procesos interminables".

[La ministra portavoz del Gobieno español, Rosa Conde, declaró ayer en Barcelona que las medidas adoptadas por el Ejecutivo italiano contra la corrupción no son aplicables en España. Conde aseguró, informa Efe, que "ninguna medida de un país se puede trasladar a otro porque las situaciones no son comparables", especialmente en "cuestiones tan delicadas" como la corrupción política].

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