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La autopsia revela que Susana no fue violada

Susana Ruiz no fue violada. El informe del forense es concluyente, y lo respaldan además los expertos policiales. ¿Por qué tenía los pantalones y las bragas bajados? Tal vez, se responden los policías, porque se detuvo a hacer sus necesidades fisiológicas en el descampado que conduce a su casa. ¿Por qué estaba enterrada? Quizás porque los camiones ilegales que descargan escombros allí la taparon sin darse cuenta. ¿Por qué no la encontraron los perros y los alumnos en sus rastreos? Porque no pasaron por allí. ¿Por qué murió? No hay que descartar la muerte natural, aunque fuera por asfixia.

Fuentes policiales relacionadas con la investigación señalaron ayer que la autopsia no ofrece lugar a dudas: no fue forzada sexualmente. Además, el sujetador estaba intacto, algo que los expertos de la policía saben que no ocurre nunca en una violación.Y aún más: la altura a la que se encontraban los ajustados pantalones de Susana -y dada su envergadura corporal- habría impedido la penetración. Por otro lado, el hecho de que el cuerpo estuviera caído hacia adelante hace pensar en un desvanecimiento.

Sin embargo, los compañeros de instituto de Susana Ruiz -desaparecida el 9 de enero y hallada muerta en un descampado de San Blas el pasado 25 de febrero- seguían convencidos ayer de que ha sido asesinada. Así lo expresaron en la capilla ardiente, instalada por la mañana en el centro docente Las Musas, en San Blas.

Despedida

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Un aplauso largo y cerrado recibió ayer el cuerpo de Susana Ruiz en el instituto. Unos 500 jóvenes de éste y otros centros escolares despedían así a su compañera de 16 años.

El sentir era unánime. Desde el director del centro, Juan Martos, hasta las compañeras de clase de Susana aseguraban que la joven fue asesinada. Martos, que ha actuado como portavoz de la familia, decía ante los micrófonos de la cadena SER que estaban "convencidos" de su muerte violenta.

"Uno no se muere de asfixia y menos con los pantalones bajados", explicaba Nuria, alumna del instituto. "No tienen cabeza, se la han cargado", añadía otro escolar, Pedro Morales. "Estamos tranquilos, pero muy apenados. Nos ha caído una losa encima", aseguraba el jefe de estudios, Rafael Yepes.

Todos callaron cuando, a las 13.05, llegó el furgón que traía los restos de Susana desde un instituto muy distinto, el Anatómico Forense. Los jóvenes -procedentes también de otros institutos, como el Mateo Alemán, de Alcalá de Henares, o el más cercano Villaescusa- ensancharon el pasillo para permitir la entrada del coche fúnebre. Al adiós se sumaron también numerosos vecinos del barrio.

Los padres, Ángel Ruiz -que trabaja como conserje en el mismo instituto, en el que reside con su familia- y Justina Llorente, se dirigieron al furgón. Él, en silencio; ella, deshecha en gemidos. La familia acompañó el féretro hasta la sala de profesores, donde quedó instalada la capilla ardiente. La dependencia estaba cuajada de coronas. El ataúd permaneció cerrado.

Los estudiantes empezaron a acceder a la sala sobre la 1.30 en pequeños grupos. La madre de Susana recibía los pésames y daba dos besos a cada chico. También agradeció la labor de la prensa a los dos periodistas que entraron en representación. Al centro escolar llegaron también numerosos telegramas de condolencia. El ministro de Educación, Alfredo Pérez Rubalcaba, comunicó el pésame por teléfono a la familia.

Sobre las 14.30, el féretro abandonó el instituto rumbo al Tanatorio de la M-30, donde quedó instalado en espera de que mejoren las condiciones meteorológicas para trasladarlo a la localidad de Palacios de la Sierra (Burgos). El fuerte temporal obligó a retrasar la conducción del cadáver hasta el pueblo de la familia. Está previsto que el traslado se realice hoy. El Gobierno Civil de Burgos confirmó como hora fijada para el entierro las 16.30 de hoy.

En Palacios de la Sierra, localidad de un millar de habitantes, hay una dolorida espera. Así lo explicaba una de las maestras, Carmen Blanco: "La noticia ha caído muy mal. La gente está consternada. La chica era muy conocida. De pequeña vivió aquí y ahora pasaba los veranos en el pueblo".

Susana deja un pupitre vacío, pero no cae en el olvido de sus compañeros. Para el próximo viernes se ha convocado una manifestación de repulsa por la muerte de la joven y para pedir el esclarecimiento de los hechos. Partirá del instituto de Las Musas para terminar ante la comisaría de San Blas. Está previsto que la pancarta de cabeza rece "¿Asesinada?".

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