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Mandos policiales marroquies, acusados de encubrir al 'comisario violador'

El caso de Mustafá Tabit, el comisario violador, acusado de abusar sexualmente de 518 mujeres, ha salpicado ya a varios mandos policiales de la ciudad de Casablanca, a los que se les ha inculpado por haber tratado de encubrir las actividades sexuales de su compañero. Mientras, Marruecos, con la excusa de la celebración del mes sagrado del Ramadán, trata de silenciar las revelaciones que a diario se efectúan ante el tribunal.

El Juicio del comisario violador Mustafá Tabit puede convertirse en algo más que el proceso a un delincuente. El juez que instruye el caso ha ordenado el procesamiento de varios mandos policiales de la ciudad de Casablanca. Entre los funcionarios procesados e inculpados por este caso se encuentran el superior jerárquico de Mustafá Tabit, dos comisarios principales y un inspector, todos ellos de la comisaría de Ain Sebaa-Hay Mohammadi, un barrio de clase media situado en la periferia de Casablanca donde el procesado se encontraba destinado desde 1985.El fiscal acusa a los cuatro policías de haber presionado en 1990, amparándose en su cargo, a una mujer violada para que ésta retirara una denuncia contra Tabit, después de haber sido forzada y descubierto con horror que la escena había sido filmada en vídeo.

La víctima de aquella violación presentó la denuncia ante la comisaría de Roches Noires de Casablanca, pero poco después recibió la visita de los funcionarios ahora procesado que le solicitaron que retirara los cargos, lo que hizo tras recuperar el vídeo, aconsejada por su abogado.

El caso de la joven muerta

Hoy esta mujer ha perdido el miedo y se encuentra entre el grupo de 27 víctimas que están decididas a mantener las acusaciones contra Tabit. Pero no todas la víctimas están en condiciones de reclamar justicia. Unas, prefieren el anonimato; otras, simplemente no están. Como la joven que en 1976 saltó desesperada por una ventana de Beni Mellal para eludir el acoso sexual al que le sometió el mando policial.Ese incidente, el primero conocido, provocó el traslado fulminante de Tabit de la comisaría de Beni Mellal. Este caso nunca fue juzgado. Ahora, la Asociación Democrática de Mujeres de Marruecos se ha presentado como acusación particular. Entre tanto, el tribunal de Casablanca, ante la indignación de la mayoría, ha decretado el juicio a puerta cerrada.

Además de los funcionarios citados, el juez instructor ha ordenado el procesamiento de otros policías e inspectores que, de acuerdo con Tabit, rompieron los sellos judiciales que se habían colocado en la caja fuerte de su departamento. Ayer se insinuaba que estos documentos, retirados precipitadamente, pudieran hacer referencia a interrogatorios seguidos por los procesados contra dirigentes políticos y sindicales democráticos.

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Todo ello se está revelando poco a poco ante un Marruecos avergonzado que trata de silenciar los hechos con la excusa de estar en el Ramadán.

Éste es el argumento aducido por el abogado de la defensa para reclamar ante el tribunal que no se visionaran las 118 cintas de vídeo con las escenas de las mujeres violadas. Idéntico argumento ha utilizado el diario socialista Libération para dejar de informar sobre los detalles más sórdidos del procesado.

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