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Los bomberos creen que el gas picante surgió del fuego en una planta química

Sólo se mojaron los bomberos. El fuerte olor a gas que alarmó a miles de madrileños en la madrugada del jueves (véase EL PAÍS de ayer) no tiene explicación oficial. únicamente el Cuerpo de Bomberos de la Comunidad de Madrid explicó ayer su hipótesis: la "nube tóxica" que irritó los ojos y las gargantas de los residentes en la zona noreste de la ciudad se debió al incendio de dos bidones en una planta química ole San Sebastián de los Reyes. En la inquieta madrugada, las autoridades no informaron de la alerta hasta cuatro horas después de la extinción del fuego. Los vecinos bloquearon con su miedo las centralitas de emergencia.

La Dirección de Protección Ciudadana y el Ayuntamiento de Madrid han abierto investigaciones para aclarar las causas del extraño olor a gas, que aún no se conocen con exactitud. Hasta las 3.30 de ayer no se comunicó oficialmente la existencia de un incendio en una planta química de San Sebastián de los Reyes, cuatro horas después de la extinción del fuego. El oficial del Cuerpo de Bomberos de la Comunidad de Madrid que dirigió el equipo de siete hombres que actuó en la fábrica, Luis León, afirma que las primeras investigaciones no van más allá de una "hipótesis de nube tóxica".Según el parte oficial de los bomberos, el cuartel de Alcobendas recibió el aviso del siniestro a las 23.11 del miércoles. Media hora después, el fuego ya estaba extinguido y controlado. Acudieron vehículos de apoyo con bombonas de aire y para riesgos químicos. La alarma era grave.

Allí, encontraron cuatro bidones de unos 150 kilos, uno de los cuales había ardido por completo y el resto se encontraban deteriorados. Los bomberos atacaron las llamas durante 10 minutos, provistos en todo momento de equipos de respiración y trajes especiales. Según los primeros indicios, el incendio se originó al fallar un termostato del calentador de los bidones, una especie de "baño de maría", que, según los bomberos, sirve para poder manipular las sustancias.

Antes de actuar, consultaron la ficha técnica del producto químico (un pesticida al que corresponde la clave ONU 29.012). Por eso extinguieron el fuego con agua pulverizada a presión en lugar de utilizar espuma líquida. Al quitarse las máscaras de protección, comprobaron que se podía respirar sin dificultad.

La ficha de información de los bomberos indica que dichos productos pueden originar erupciones cutáneas y daños en las vías respiratorias y "riesgo de muerte, en altas concentraciones". Disciplinados, los siete bomberos se dirigieron, al acabar el servicio, al hospital Ramón y Cajal. Así lo ordenan sus ordenanzas. Fueron reconocidos y volvieron al cuartel indemnes.

En el cuartel de bomberos de Alcobendas sólo se recibieron dos llamadas que alertaban sobre los malos olores. Pero en el arco noreste de Madrid -los distritos de San Blas, Hortaleza, Barajas y Ciudad Lineal- numerosos vecinos se quejaron a la Policía Municipal del olor a gas.

"Productos nocivos"

Un portavoz de la empresa norteamericana Cyanamid Ibérica, fabricante de medicamentos biológicos, rechazó ayer que el incendio de sus instalaciones hubiese originado el fuerte olor a gas. El director de operaciones de Cyanarnid, Pedro de Luis, aseguró que la combustión sólo afectó a dos bidones que contenían 125 kilos de flucinitrato y 150 kilos de dimetoato, respectivamente, productos que sirven para proteger de las plagas a los cultivos. Aunque cuentan con la calificación de "productos nocivos", la empresa asegura que "no suponen ningún riesgo"."Dada la rápida extinción de los vapores y a que hay más de 20 kilómetros de distancia hasta Madrid, es improbable que este incendio haya sido el causante del fuerte olor a gas", aseguraron en la empresa.

Cyanamid Ibérica ha abierto su propia investigación para conocer lo sucedido, pero sus primeros informes señalan que de los cinco bidones almacenados sólo se derramaron dos. El director general de la companía, Bernard du Chatelier, admitió ayer que el contacto o la inhalación de las sustancias que ardieron puede ser nocivo o dañina y producir irritaciones en la piel y en los ojos, pero sólo en el caso de concentraciones altas.

La compañía de distribución Gas Natural reconoció ayer en un comunicado que había recibido en su teléfono de urgencias numerosos avisos de olor a gas, pero sus técnicos comprobaron que no había ninguna fuga.

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