Y ahora los taxistas
Primero fue El Tempranillo, después El Lute y ahora los taxistas. Imagino que a su reportaje del 7 de febrero, El taxi, aprueba sucederán otros destinados a ratificar las extendidas opiniones de que los conductores de la EMT son huelguistas salvajes; los funcionarios, vagos e ineficaces; los albañiles, unos chapuceros, y los médicos, unos matasanos. Incluso podrían subir el listón y reafirmarnos -medianteel pertinente y objetivísimo reportaje- en la convicción de que todos los negros son traficantes y los gitanos navajeros.¿De qué les sirve encabezar su reportaje hablando de "miles de profesionales dignos" si a continuación se dedican a fomentar la opinión de que el taxista que no es un ladrón es un guarro, cuando no las dos cosas, mediante el uso de información no contrastada, pruebas obtenidas con disfraz o interfiriendo en la labor habitual del enjuiciado (pedir un taxi en una parada para ir 600 metros más adelante con el solo objeto de comprobar la reacción del conductor)?
¿Se tomarán el mismo interés cuando algún taxista caiga asesinado a manos de su cliente?
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