Vera mantiene a Ballesteros tras alcanzar la edad de jubilación

El secretario de Estado para la Seguridad, Rafael Vera, ha decidido mantener al frente de su gabinete de información al comisario Manuel Ballesteros, que cumplió la edad de jubilación, 65 años, el pasado día 15. Esta decisión se ha producido por mutuo acuerdo del interesado y las autoridades de Interior, que han creído más interesante su continuidad en dicho puesto pese a que se halle ya en la situación de segunda actividad.La decisión de que Ballesteros siga como director del gabinete de información de la Seguridad del Estado, cargo que desempeña desde finales de 1986, se debe a una actitud personal de Vera, quien, según fuentes del departamento, deposita una total confianza en la labor de este comisario y se halla plenamente satisfecho de su labor en el gabinete de información.

Las recientes salidas de funcionarios de dicho núcleo de centralización de información de la lucha antiterrorista se inscriben en el terreno de los problemas puramente personales, según fuentes consultadas en ambos cuerpos, y no en un malestar por el supuesto favorecimiento de la Guardia Civil con las pistas sobre ETA que recoge esta unidad.

Entre las labores de confianza que, según fuentes del departamento, ha desempeñado Ballesteros en el pasado más reciente, figuran las labores de emisario ante el etarra José Luis Arrieta Zubimendi, Azkoiti -confinado en Francia-, cuya supuesta permeabilidad a los mensajes pacificadores de Interior hasta el momento no se ha traducido en una posición formal de este dirigente etarra de enfrentamiento con la línea dura de Francisco Múgica Garmendia, Pakito.

Ballesteros deberá afrontar nuevamente el caso Hendayabis. En relación con este atentado realizado en el citado bar en 1980, que supuso la muerte de tres personas y heridas a otras diez, el director de gabinete volverá a ser requerido por la justicia para que identifique -como comisario jefe de información en la época- a los tres confidentes policiales autores de dicha matanza y que, tras cometer la acción, se entregaron a la Guardia Civil y quedaron en libertad.