La Reina visita a 79 refugiados bosnios en un campamento de Mijas

La reina Sofía visitó ayer un campamento de refugiados bosnios en Mijas (Málaga) y charló largamente con los más pequeños. Unae Ibrahim, el niño bosnio de ocho años que fue elegido por sus compañeros para leer unas palabras de agradecimiento en nombre de los 79 ciudadanos de la ex república yugoslava acogidos en la localidad, apenas ha podido pegar ojo en dos días, desde que supo que era el escogido para dirigirse a la Reina.

La visita real levantó tal entusiasmo que los más pequeños apenas se separaron de doña Sofía un solo instante durante su estancia en la ciudad, en la mañana de ayer. Según palabras de Antonio Maldonado, alcalde de Mijas, llegaron a ser más pegajosos que la escolta real.Pero la Reina también se mostró entusiasmada, departió con cada uno de los refugiados, se interesó por los trabajos que algunos ya han empezado a realizar, visitó la vivienda que se le ha entregado a una familia bosnia sefardita y, durante el acto protocolario en el salón de plenos, no cesó de intercambiar sonrisas con los niños.

"Me la imaginaba con el pelo muy largo y dorado, y con una corona sobre la cabeza. Ayer vi su foto y es usted una señora muy guapa", dijo Ibrahim a la Reina. El discurso del niño fue recibido con una prolongadísima ovación que escondía alguna que otra lágrima entre la concurrencia: "No se por qué la gente se mata ahora en mi país. Sólo recuerdo bombas y que en casa no había comida. Hacía un año que no jugaba en la, calle. Ahora vivo en una casa bonita, oigo pájaros por la mañana y tengo amigos que se leman Antonio, Pepe y muchos más. Mis padres están en la guerra y no puedo hablar con ellos. Pero cuando esto termine y pueda volver a mi país, Majestad, nunca olvidaré lo buenos que habéis sido con nosotros".

Antes de abandonar la ciudad, doña Sofía aún tuvo tiempo de lanzar una invitación a algunas de las autoridades que le acompañaron en el recorrido. "Cuando se quiere se pueden hacer cosas", dijo.