Una clínica confundió a un bebé por otro y sólo rectificó tras las pruebas de sangre
María Prados, madre de un recién nacido, ha denunciado que en la clínica privada Nuevo Parque, donde dio a luz, cambiaron, por error, a su pequeño Víctor por otro bebé. Durante dos días que fueron una pesadilla para María, pues nadie la creía, la clínica mantuvo el error hasta que unas pruebas de sangre, pedidas por la madre, le dieron la razón. Ni el sanatorio ni la propia denunciante quieren ahora dar más detalles de una historia que, según un experto, se produce con más frecuencia de la imaginada.
María, de 27 años, tenía a su primer hijo en la incubadora de la clínica. Había nacido prematuramente el 23 de enero. Los días posteriores al parto acudía a verlo a través de los cristales. "Cuando llego una tarde me encuentro con que el bebé que estaba en el cuco no era mi hijo", relató a la emisora Onda Madrid. Avisó a la enfermera, que miró los datos de identificación en la incubadora. Los papeles correspondían a los datos de su hijo. "Pero le volví a repetir que aquél no era mi hijo", prosigue. "Cuando volví al día siguiente vi que en el cuco seguía el mismo niño y que le daban mi hijo a otros padres, me puse histérica y empezó todo el jaleo".Ricardo Tarduchi, abogado de la familia, señaló anoche que hubo resistencia entre los responsables del nido frente a la certeza de la madre de la confusión: "Siempre le llevaron la contraria". También indicó que el director de la clínica no hizo acto de presencia en ningún momento. Los padres han descartado, dice, denunciar en un juzgado a la dirección del centro: "Basta con que se sepa, para que otras personas tomen conciencia".
María Prados solicitó al equipo médico la realización de pruebas de sangre para determinar cuál era su hijo. Los otros padres, a los que les habían presentado como suyo a Víctor, el hijo de María, pidieron que también se hiciesen pruebas de maternidad. Unos y otros análisis resolvieron el entuerto y cada niño se quedó con sus auténticos progenitores.
El 29 de enero, María pudo llevarse a casa a su auténtico hijo gracias a su empeño. El abogado recuerda que en un primer momento ni siquiera los padres del niño confundido con el bebé de María se dieron cuenta del error. Sólo al día siguiente repararon en él, ante las súplicas de la madre, que repetía desesperada: "Nadie me escucha, nadie".
La dirección de la clínica Nuevo Parque no atendió ayer los repetidos requerimientos d este periódico para dar su versión de los hechos. Una religiosa vinculada al centro hospitalario insistió en que "todo es mentira y no ha habido ningún cambiazo". "Nos acogemos al secreto profesional y hablaremos cuando sea preciso", añadió.
El problema no es nuevo. Hasta el punto que en el último congreso nacional de pediatría, celebrado en Sevilla en junio de 1992, se creó el comité de identificación del recién nacido. Su presidente, Antonio Garrido Lestache, profesor de neonatología de la maternidad municipal de Madrid, ha mantenido una cruzada particular para evitar estos casos desde hace años.
La inquietud de Garrido parte de un hecho: "En la actualidad no conozco ninguna clínica que garantice que una madre se lleva a su verdadero hijo, porque la identificación no se hace de manera fehaciente", explica. Asegura tener constancia de tres casos de confusión de recién nacidos acaecidos durante el último año en la Comunidad de Madrid.
En diferentes ocasiones Garrido ha propuesto un sistema de identificación mediante las huellas dactilares de las manos o los pies del recién nacido. "Se trata de incorporar a los documentos oficiales un dato biológico, único e irrepetible", explica. En 1989 denunció la situación ante la Organización de Naciones Unidas.
A instancia suya, la ONU aprobó un texto que recoge el derecho que tienen los bebés "a ser inscritos en el momento del nacimiento" y la obligación del Estado de "velar por su identidad". El Parlamento español ratificó lo aprobado por Naciones Unidas, y desde enero de 1991 existe una ley sobre el tema, aunque aún no se ha desarrollado su texto.
Identificador de bebés
Garrido espera que en menos de un mes la ley tenga ya contenidos. Eso supondrá el pistoletazo de salida para una nueva figura entre el personal hospitalario: el identificador de bebés. "En Madrid harían falta 500", explica. La cátedra de Medicina Legal de la Universidad Complutense ha convocado este año un curso para sanitarios interesados en realizar este cometido.
"El único país que yo conozco que realice identificaciones fiables es Buenos Aires, desde hace 70 años", relata Garrido. "En las últimas semanas han iniciado una experiencia piloto en Birminghan", concluye.
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