Alumbrar Siberia
Uno de los patrocinadores del experimento Estandarte es el consorcio de las compañías de gas siberianas. Es una buena muestra de que los defensores del ensayo han logrado convencer a poderosas fuerzas rusas de que se trata de un buen paso hacia un futuro sistema de iluminiación artificial que ahorraría energía.La idea es utilizar espejos espaciales para alumbrar con luz solar reflejada zonas de oscuridad, ya que Rusia tiene gran parte de su territorio en el Círculo Polar Ártico. VIadímir Siromiátnikov, uno de los responsables del proyecto Estandarte en la empresa Energía, asegura que ya ha sido diseñado un nuevo equipo para Iluminar durante horas grandes áreas de la Tierra. "Podríamos estar hablando de franjas de terreno de cientos de kilómetros", afirma.
Los más entusiastas defensores de los espejos espaciales sueñan también con iluminar las grandes obras de construcción civil, o prolongar el día a los agricultores durante épocas de faenas agrícolas intensas. Incluso se ha hablado de enfocar una de estas linternas espaciales hacia zonas devastadas por desastres naturales, facilitando las operaciones de salvamento.
Son propuestas muy ambiciosas para el estado actual de la técnica, pero ya se han esbozado proyectos para colocar en el espacio una constelación de un centenar de reflectores de 400 metros de diámetro cada uno, en órbitas de diferentes alturas. Tal sistema exigiría decenas se ensayos previos. "Si quieres hacer un rascacielos has de empezar por intentar construir una casa de tres pisos", comentaba ayer un experto español en aerodinámica.
Velas solares
Estandarte, al menos, habrá sido una primera experiencia para los ingenieros que estudian los problema que acarrea desplegar en el espacio grandes superficies flexibles, y mantenerlas estiradas y orientadas correctamente.Son los problemas que han encontrado también los diseñadores de velas espaciales, unas delgadísimas láminas de plástico del tamaño de un campo de fútbol que se desplazarían por el espacio impulsadas por la radiación solar. Una regata con ingenios de este tipo estaba convocada para 1993 por grupos de diseño de velas espaciales de varios países, incluida España, pero la competición está suspendida por falta de dinero.
Si estos colosales espejos espaciales llegasen a funcionar, ¿qué efecto tendrían en los habitantes de las regiones septentrionales, que verían interrumpida su larga penumbra anual? "Los habitantes de todas las zonas oscuras subárticas se han adaptado a sus ciclos naturales y puede que no deseen que cambien", ha comentado Roald Sagdeyev, uno de los máximos responsables de los programas espaciales soviéticos durante años.
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