Quinitillizos, un fracaso médico
El 3,5% de los embarazos por fecundación 'in vitro' provocan partos de más de tres hijos
Por ansiado que haya sido el hijo y por arraigado que se tenga el instinto de maternidad, tener cinco hijos de repente no deja de ser un golpe. "Cinco pellizcos en el estómago", según expresión de Manuel Fernández, padre de los quintillizos nacidos el 19 de enero en el Hospital Materno Infantil de Málaga, después de que su esposa, Fernanda Mangas González, fuera sometida a un tratamiento de estimulación de la ovulación. Un golpe para los padres y un fracaso médico, ya que representa uno de los principales efectos indeseados de la fecundación asistida.
"A veces es tanta el ansia de los padres por tener un hijo que cuando reciben la noticia de que no será uno, sino tres, se alegran. Pero los equipos médicos que trabajamos con la fecundación in vitro, siempre vivimos esta noticia como un fracaso, y de hecho constantemente estamos intentando mejorar las técnicas para reducir el riesgo de un embarazo múltiple", afirma Pedro Barri, responsable de la unidad de reproducción asistida del Instituto Dexeus de Barcelona.Los embarazos múltiples pueden producirse, en el caso de inseminación artificial, por una sobreestimulación de la producción ovárica, y en la fecundación in vitro, porque se implantan en la mujer varios embriones para intentar asegurar el embarazo. Según los datos de 1992, entre un 12% y 14% de los embarazos por fecundación in vitro nacieron gemelos y en un 3% trillizos. Los cuatrillizos o quintillizos representan el 0,5% del total.
El número de partos múltiples aumentó durante toda la década de los ochenta, en algunos casos como consecuencia de los excesos de algunos equipos médicos, más interesados en satisfacer una demanda y atraer clientela que en evitar los riesgos asociados. Sucesivos congresos científicos perfilaron unos protocolos que lograron detener el incremento.
Beneficio y riesgo
El embarazo múltiple representa siempre un riesgo, según. Barri. "A partir de tres niños, el parto debe ser siempre por cesárea y antes de término, es decir, a las 33 o 34 semanas, con lo que el bajo peso y la inmadurez obligan a poner a los niños en las incubadoras".Uno de los principales problemas de la fecundación in vitro estriba en lograr que el embrión fecundado en laboratorio anide en el útero de la madre Durante los primeros años de la fecundación in vitro se implantaban hasta cinco y seis embriones, pero ahora se aconseja no inyectar más de tres. "Implantar solamente un embrión proporciona apenas un 15% de posibilidades de embarazo, mientras que si implantamos tres las posibilidades aumentan hasta un 30%. En cambio, con cuatro embriones implantados las posibilidades de embarazo sólo aumentan hasta un 32%, mientras se dispara el riesgo de parto múltiple", añade el doctor Barri.
Los quintillizos de Málaga no son fruto de una fecundación in vitro, sino de un tratamiento de estimulación ovárica, más difícil de controlar puesto que cada paciente tiene una respuesta distinta al tratamiento. En cualquier caso, se puede tratar de disminuir ese riesgo. "Nosotros hacemos un control previo de la respuesta de los ovarios, y si vemos que es alta, aplazamos la inseminación o aconsejamos a la pareja que no intente la fecundación todavía, con el fin de ajustar las dosis e intentarlo en la siguiente ovulación", explica Barri.
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