Estas vacaciones, a la guerra

Los italianos ricos van a disponer, a partir del próximo 3 de octubre, de una nueva y excitante posibilidad: ir de excursión a la guerra; visitar los lugares recién asolados por las bombas o hacer giras en las zonas devastadas por los misiles. Sólo hace falta tener de tres a cuatro millones de pesetas que gastarse en 10 días.El resto lo pone Massimo Beyerle, un milanés de 41 años, casado y con tres hijos, titular de la agencia de viajes El Dorado-Let It Be, y ya conocido por la organización de cruceros para corazones solitarios a la búsqueda de dejar de serlo, en plan Vacaciones en el mar.

Beyerle tiene todo montado a base de médico, servicio de seguridad -"los mejores profesionales del planeta, pero no puedo darle pistas ni nacionalidad"- y una buena dosis de misterio-sorpresa. "Los participantes tendrán poquísimos datos del viaje, por razones de seguridad", dice. "No sabrán dónde van a dormir, entre otros motivos porque no habrá lugares fijos, aunque sí una base, que será, según las zonas, un hotel o una tienda, y ni siquiera conocerán con antelación quiénes van a ser sus compañeros de aventura". El espera reunir "a un mínimo de ocho y un máximo de doce locos", interesados en ver de cerca lo que es la guerra, pero sin pasarse.

"No soy en absoluto un suicida", asegura. "Iremos a zonas limítrofes, cercanas a la guerra o donde ésta haya terminado. Nuestro primer destino será Líbano, con un segundo destino de reserva, por si se complicara la situación, tipo Dubrovnik y Vukovar, lo más cerca posible a lo que sale en los telediarios, para que la gente pueda ver y hablar con la población y constatar lo que ha producido la guerra".

El dueño de El Dorado-Let It Be reconoce que "el precio del viaje es terrorífico, pero más de la mitad del gasto lo provocan las normas de seguridad, tanto en recursos humanos como organizativos". Por si los tres o cuatro millones fueran poco, Bayerle aconseja a los participantes en la excursión ir bien provistos de tarjetas de crédito, "no sea que se presenten situaciones de emergencia, como evacuaciones en helicóptero o estancias en hospitales, o para las comidas, cuando se hagan", si lo permite la situación bélico-turística.

Están prohibidos los trajes paramilitares, "por si nos confunden y disparan", así como armas y cuchillos de cualquier tamaño. Se recomienda huir de ponerse jerséis rojos o de colores vistosos y se aconseja a las mujeres no llevar joyas y vestirse "muy, muy correctas", dice el organizador, "porque si vamos, por ejemplo, a una república islámica, es inútil presentarse con la camisita abierta".

Evacuaciones, helicópteros, hospitales, da la impresión de que los participantes donde van es al frente. "Entienda", interviene Bayerle, "que, desde luego, no es como si fuéramos a pasar una semana a Tenerife".

¿Su señora no le dice que quizá usted no tenga todos los tornillos en su sitio? "Me lo dice todos los días", asegura. "Pero ella sabe que si las ideas no son locas, a mí no se me ocurren".Si a los excursionistas les fuera la marcha y se aficionaran a los efectos de las bombas y a la destrucción, podrán apuntarse a nuevas hazañas parabélicas. Porque El Dorado-Let It Be y su director preparan ya giras por otras zonas calientes o templadas: Croacia, Bosnia, Somalia, Angola y Nicaragua están en la agenda.