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El Ayuntamiento critica la paralización judicial de las obras de Puerta del Sol, 6

Juan Antonio Carbajo

La polémica sigue envolviendo al histórico edificio de Puerta del Sol, 6, cuya reforma, ejecutada una vez declarado en ruina por el Ayuntamiento, ha sido paralizada por el juzgado número 20. El juez entiende que, si siguen los trabajos de reconstrucción del inmueble, desaparecerán pruebas. La Gerencia de Urbanismo considera que si no continúan los trabajos, el edificio puede derrumbarse. En sus bajos estuvieron la librería San Martín, frente a cuyo escaparate fue asesinado el presidente José Canalejas en 1912, y el despacho de loterías La Pajarita.

El edificio de la librería San Martín es el desheredado del número 6 de la Puerta del Sol. Cuando se reformó la plaza en 1987, fue el único cuya fachada quedó sin pintar porque el Ayuntamiento consideró que estaba ya para pocos trotes. El pasado año fue declarado en ruina y la Gerencia de Urbanismo dio licencia a su propietario "para que hiciera los trabajos necesarios para garantizar la seguridad del edificio", explicó el pasado martes el gerente, Pedro Areitio.Sin embargo, esta semana los trabajos han tenido que paralizarse por orden judicial. Los inquilinos recurrieron la decisión municipal y llevaron a los tribunales la extinción de sus contratos de alquiler, lo que ocurre siempre que se declara un inmueble en ruina. Según José Luis Casaus, vocal de IU en la junta de Centro, el juez ha ordenado que cesen las obras "porque se estaba procediendo al derribo absoluto del inmueble". El magistrado alegó que si seguían los trabajos desaparecerían "las pruebas" necesarias para el proceso.

Areitio alega que la interrupción de la obra implica graves problemas de seguridad. "Es urgente sustituir la estructura de madera del inmueble por una metálica". El gerente de Urbanismo recuerda que cuando se desalojó la librería había "libros apilados que sujetaban los forjados como si fueran pilares".

Según el Ayuntamiento, el lunes se desprendió un resalte de la fachada del cuarto piso, parte del cual cayó sobre la acera. "Aquí hay dos contenciosos distintos: la declaración de ruina dictada por el Ayuntamiento y el proceso judicial por la extinción de los contratos", explica Areitio. "Ocurre que mientras la declaración de ruina ya se ha decretado ante la falta de seguridad del edificio, el contencioso civil puede tardar seis años en terminarse".

Tipología de especuladores

El alcalde José María Álvarez del Manzano eligió este inmueble para justificar su idea de que en toda declaración de ruina hay dos tipos de especuladores: el dueño, que pretende expulsar a los inquilinos para reconstruir el edificio, y los arrendatarios, que pretenden seguir pagando 12.000 pesetas mensuales de alquiler."La comisión local de Patrimonio Artístico [formada por el Ayuntamiento y la Comunidad de Madrid] ha estudiado en repetidas ocasiones con la propiedad y los inquilinos una salida a la situación", expuso esta semana el Ayuntamiento. "Incluso el propietario ha ofrecido a los inquilinos unas condiciones para regresar a la finca por debajo de los alquileres del entorno, sin que los inquilinos aceptaran".

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