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El Gobierno propone una reforma total de las relaciones laborales para crear más empleo

El ministro de Trabajo, Luis Martínez Noval, anunció ayer las líneas básicas de una reforma "global y equilibrada" del mercado de trabajo en España, que obligará a una profunda modificación del Estatuto de los Trabajadores. La reforma avanzada por Martínez Noval supone un vuelco total de las relaciones laborales, "un cambio de modelo" que pretende "la vuelta a la creación de puestos de trabajo que caracterizó al segundo lustro de los ochenta". El titular de Trabajo no dio fechas para esta reforma, que quiere abordar "con tiempo" para "agotar todas las posibilidades de consenso". El ministro de Economía, Carlos Solchaga, afirmó que el Gobierno "hará esa propuesta al país en los próximos meses" con el apoyo del PSOE.

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La reforma pretende, fundamentalmente, reducir el número de modalidades de contratos eventuales en vigor, potenciar "al máximo" los contratos a tiempo parcial, facilitar a los empresarios la reubicación de sus empleados en otras tareas o en otros centros, es decir, facultar a la empresa para que decida la movilidad funcional y geográfica de los asalariados. También trata de abaratar y flexibilizar el despido, pero no sin analizar antes cuál es el sistema más eficaz.El ministro aseguró que con la reforma se "suprimirán los contratos de fomento de empleo" y se potenciará la contratación indefinida, pues la concentración de eventuales tiene algunas consecuencias adversas, como la "escasa identificación del trabajador con la empresa o las dificultades para dedicar fondos a la formación profesional de las plantillas". Esto no quiere decir que el Gobierno piense suprimir todos los contratos eventuales sino sólo que se reducirá el número de modalidades de éstos.

El segundo eje de la reforma se dirige a potenciar los contratos a tiempo parcial para "facilitar la entrada en el mercado de trabajo de las mujeres y los jóvenes". El tercero es la flexibilización de cada puesto de trabajo. Esto significa que el empresario tendrá potestad para reubicar a sus asalariados en otras tareas u otro destino, con todo lo que pueda implicar de cambio en las condiciones del contrato.

El último es el abaratamiento del despido. Aquí el ministro dejó claro que la indemnización de 20 días por año trabajado con un tope máximo de 12 meses no le parece ni cara ni renunciable, cuando el despido no es por "culpa" del trabajador. Martínez Noval también criticó la eliminación, sin más, de la autorización administrativa previa, la propuesta más conocida para flexibilizar el mercado de trabajo.

"Está por ver si tiene sentido la eliminación de la autorización administrativa", dijo el titular de Trabajo a un grupo de periodistas poco después de concluir su intervención en el seminario Roundtable with the Government Of Spain, organizado por la revista británica The Economist y en el que había participado antes el ministro de Economía.

El consenso, junto a la globalidad, debe ser una característica básica de la reforma de Martínez Noval. Carlos Solchaga ya avanzó que se trata de "una solución razonable que puede ser aceptada por el partido socialista en su conjunto sin desconfianza y sin sentimiento de culpa". Solchaga añadió que sólo el Gobierno socialista "tiene el valor político de proponer al país medidas en estas materias".

Junto al apoyo del PSOE, el ministro Martínez Noval intentará recabar el consenso con las fuerzas sociales y políticas. El motivo de fondo es que su reforma exige un cambio radical del Título I del Estatuto de los Trabajadores, que es una ley orgánica aprobada en 1980 con el previo consenso de la UGT y la CEOE, y los votos afirmativos de dos tercios de la Cámara.

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