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Borrell anuncia que duplicará la red de autovías antes del 2007

La construcción de 5.000 kilómetros de nuevas autopistas y autovías es la propuesta más novedosa del futuro Plan Director de Infraestructuras, según anunció ayer el ministro de Obras Públicas y Transportes (MOPT), José Borrell. A finales de 1992 España cuenta con aproximadamente unos 5.600 kilómetros de este tipo de carreteras. El MOPT prevé realizar el nuevo plan, que supone doblar la longitud de la actual red, entre 1994 y el 2007.

El ministro, que dio a conocer estas cifras en una conferencia organizada por el semanario británico The Economist, aseguró que "la carretera no tiene alternativa como medio de transporte en España". A caballo entre este plan y el actual Plan de Carreteras, el MOPT contratará en 1993 otros 1.300 kilómetros de autovías. El Plan Director de Infraestructuras incluye también la construcción de otros 1.500 kilómetros de vías de conexión entre autopistas.

Tipos de interés

Por la mañana, y en el mismo foro, el gobernador del Banco de España, Luis Ángel Rojo, condicionó cualquier bajada adicional de los tipos de interés a que continúe la moderación de la inflación, se cumpla el objetivo de déficit público que contemplan los presupuestos y a que la negociación colectiva arroje subidas moderadas en los salarios.Rojo aseguró que estas condiciones internas" deben cumplirse junto a la "condición externa" de rebaja de tipos de interés en Alemania porque "no cabe buscar una recuperación económica con políticas expansivas porque reducirían la fuerza del ajuste". Y, a su juicio, "sin ajuste este país no tendrá posibilidades de recuperación estable".

El gobernador realizó estas declaraciones en respuesta a una pregunta de Un empresario durante el seminario de The Economist, moderado por el director de EL PAÍS, Joaquín Estefanía. En su intervención, Rojo analizó la adaptación de las economías de cara a la Unión Económica y Monetaria (UEM). Rojo añadió que los bancos españoles tendrán un problema de competitividad en este periodo, debido a sus gastos de explotación y de personal.

El ministro de Economía, Carlos Solchaga, aseguró en la misma reunión que 1992 no ha sido un año perdido, pues ha servido para "poner en marcha reformas estructurales, para reducir desequilibrios como los déficit público y exterior, y para avanzar en la contención de la inflación". Según Solchaga, "podrá lamentarse que todo esto no se haya hecho antes pero no que no se haya hecho nunca".

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