_
_
_
_

Los países de la CEI deciden seguir conviviendo

Pilar Bonet

Los presidentes de los países miembros de la Comunidad de Estados Independientes (CEI) están dispuestos a seguir conviviendo dentro de esta organización, pese a las diferencias existentes entre ellos sobre el grado de integración deseable. Las diferencias se evidenciaron ayer de nuevo al término de la cumbre de Minsk con la firma de dos documentos paralelos: una declaración general asumida por 11 Estados, que da prioridad a las cuestiones económicas, y los estatutos de la CEI, que fueron firmados por siete de los nueve Estados miembros de pleno derecho de la Comunidad.

Durante la cumbre de Minsk se mantuvieron en el ámbito nuclear las diferencias entre Rusia y Ucrania sobre el control de los misiles estratégicos estacionados en territorio de este último país. Así lo pusieron. de manifiesto las reuniones mantenidas el jueves por los representantes militares de las cuatro potencias nucleares surgidas en el territorio de la URSS: Rusia, Ucrania, Bielorrusia y Kazajstán.El general VIadímir Zhurbenko, vicejefe del Estado Mayor ruso, acusó a Ucrania de pretender que Rusia pague el triple del valor de unas, armas nucleares que Moscú no necesita.

Rusia, Kazajstán, Uzbekistán, Tayikistán, Armenía, Kirguizistán y Bielorrusia firmaron los estatutos sobre la integración, pero no lo hicieron Ucrania ni Turkmenistán. La declaración general, en cambio, fue suscrita por todos los Estados mencionados, además de Azerbaiyán (que participaba como observador en la cumbre) y Moldavia, que no ha ratificado los documentos fundacionales de la CEI.

Los dirigentes de la CEI se pusieron por fin de acuerdo para crear un banco interestatal con un capital inicial de 50.000 millones de rublos. La mitad de este capital será aportado por Rusia, que también tendrá la mitad de los votos a la hora de tomar decisiones. Éstas se adoptarán por mayoría de dos tercios, lo cual quiere decir que Moscú se verá obligada a buscar aliados entre los otros socios fundadores si quiere imponer su voluntad. En un principio, los representantes rusos querían que el número de votos se repartiera de acuerdo con la importancia de su volumen comercial, lo que hubiera dado a Rusia aproximadamente el 70% de los votos. El rublo, emitido por el Banco Central ruso, continuará siendo la moneda empleada en las transacciones comerciales en la CEI.

En una conferencia de prensa, el líder de Ucrania, Leonid Kravchuk manifestó que tanto los firmantes como los no firmantes de los estatutos de la CEI son miembros de esta organización y están dispuestos a trabajar juntos para "perfeccionarla". La colaboración económica es hoy lo más importante en la CEI, subrayó el dirigente ucranio.

El presidente ruso Borís Yeltsin no reveló qué propuestas había traído a Minsk bajo el concepto de "nueva doctrina de la CEI". Las dificultades surgidas en la discusión sobre los estatutos le impidieron, según dijo, exponerlas.

Por su parte, el presidente de Kazajstán, Nursultán Nazarbáiev, aseguró que no hay ninguna contradicción entre la unión de repúblicas asiáticas formada en enero en Tashkent y la CEI. Las cinco ex repúblicas soviéticas de Asia central decidieron colaborar en la creación de un complejo petrolero común y en la búsqueda de una salida al mar a través de Irán.

Nazarbáiev se ratificó como un enérgico partidario de la integración en el marco de la CEI y calificó a los siete Estados firmantes de los estatutos como "los Estados integradores".

Rusia no tiene "alergia" a la integración regional en Asia central, señaló Yeltsin, que se mostró partidario de apoyar las formas plurifacéticas de cooperación "con tal de no destruir la CEI". "No podemos vivir los unos sin los otros, y esto afecta también a Rusia", dijo el presidente Yeltsin.

Kravchuk opinó, a su vez, que si la CEI no se hubiera creado, la situación en el espacio ex soviético sería peor de lo que hoy es, ya que se darían en él "conflictos que no podrían compararse con nada de lo que les había precedido".

En total, los líderes de la CEI pasaron revista a 25 temas. Uzbekistán descafeinó el debate sobre los derechos humanos. La Declaración de Obligaciones Internacionales en el Campo de los Derechos Humanos y Libertades Básicas, uno de los puntos del orden del día, quedó degradada al apartado de "Varios".

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_