Discreto pesimismo sobre la coyuntura económica
Los grandes mercados internacionales continúan acumulando dudas sobre el futuro inmediato, en gran parte por sus situaciones internas y, también, porque la indefinición de la política económica de Estados Unidos supone un lastre muy pesado. El nuevo presidente inicia su mandato sin concretar las directrices de su política económica, es decir, sin que nadie sepa a estas alturas si las promesas electorales van a llegar a buen puerto. Wall Street recibió la jornada de investidura con frialdad, tal vez como una declaración de intenciones ante aquello que más duele a los mercados de valores, la incertidumbre. Tras abrir con una subida de casi cinco puntos, el Dow Jones pasó a ceder la misma cantidad. El cierre de la sesión se saldó con un descenso de 14,04 puntos.Tokio perdió casi 300 yenes al ceder la entrada de dinero de los fondos institucionales que, incluso, comenzaron a deshacer algunas posiciones. Los avances semanales se evaporaron, así como las expectativas de superar en breve el listón de los 17.000 yenes. El Nikkei cerró la sesión en el 16.510.
Las Bolsas europeas se movieron en medio de una serie de datos negativos, como la caída del 0,7% de las ventas al por menor en el Reino Unido o la seguridad de que el Bundesbank -banco central alemán- no bajará sus tipos de interés tras la reunión del consejo de esta mañana. Londres, sin embargo, superó ese dato económico peor de lo previsto y concluía la, sesión con una subida del 0,41%. París se dejó llevar por el pesimismo de unas expectativas defraudadas y cerraba con un nuevo recorte, esta vez del 1,03%. Francfort intentaba adecuarse a una situación económica difícil, con el resultado de un descenso del 0,25% en su índice Dax.
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