El líder serbio de Bosnia acepta el plan de paz de Ginebra bajo presión y con condiciones

Radovan Karadzic, el líder de los radicales serbios de Bosnia, responsable de la limpieza étnica y de la ocupación de dos tercios de esta república reconocida por las Naciones Unidas, desconcertó ayer a los asistentes a la conferencia de paz de Ginebra y a la comunidad internacional. Después de haber rechazado el plan de paz propuesto por Cyrus Vance y David Owen porque no reconocía la entidad estatal de las provincias serbias de Bosnia, Karadzic cambió de opinión y dijo que sí ante la presión de los copresidentes. La inicial ne gativa de Karadzic desató la actividad diplomática y militar en las capitales de Europa. Y Los ministros de Asuntos Exteriores de la Comunidad Europa tienen previsto discutir hoy en París la situación en la región de los Balcanes.

El Reino Unido decidió preparar su portaaviones Ark Royal para que se desplazara al Adriático en las próximas horas. En Sarajevo, la capital de Bosnia-Herzegovina, sitiada desde hace nueve meses, los habitantes celebraron anticipadamente el fracaso de Ginebra, porque suponía que la intervención militar occidental, que iba a parar los pies a los agresores serbios, estaba más cerca.Pero Karadzic cambió de idea tras consultar con el presidente serbio, Slobodan Milosevic, su mentor político, y sufrir fuertes presiones de los copresidentes de la conferencia. Sin embargo, el sí de Karadz¡c queda supeditado a la aprobación del Parlamento de los radicales serbios de Pale, que tradicionalmente ha respaldado la agresiva política que ha llevado a las fuerzas de Karadz¡c a conquistar parte de Bosnia.

Biljana Plavsic, vicepresidente de la autoproclamada república serbia de Bosnia, manifestó ayer a la televisión británica que el Parlamento rechazará el acuerdo de paz. El propio Karadz¡c manifestó ayer desde Ginebra en una intervención dirigida a sus seguidores que a pesar de aceptar el plan de paz no abandonará el proyecto de crear el Estado serbio. El plan de la ONU descarta precisamente ese planteamiento y prevé la existencia de 10 provincias en Bosnia Herzegovina.

En Madrid, el ministro de Asuntos Exteriores, Javier Solana, insistió en que la comunidad internacional debe "continuar ejerciendo presión por todos los medios para encontrar una solución al conflicto".

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