Paz a todos los hombres
Al ver esta mañana, como todos los días, la viñeta de Romeu me ha sorprendido la aparente enmienda que le hace al evangelio de Lucas (2,14): "... y paz en la tierra a todos los hombres independientemente de cuál sea su voluntad"."A los hombres de buena voluntad", que sin duda es la traducción literal del texto que Romeu tiene en la cabeza, no ha de entenderse como genitivo objetivo (igual a los hombres que tienen buena voluntad), sino subjetivo (igual a los hombres son objeto de la buena voluntad de Dios). En el Nuevo Testamento es frecuente la elisión del sujeto si éste es Dios. El pasaje quiere decir, pues: porque Dios ama a todos los hombres como hijos, ha de reinar entre ellos la paz de los hermanos.
Cuando la liturgia cita la frase traduce: "... y en la tierra paz a los hombres, que ama el Señor". Y aquí el relativo es explicativo y no determinativo. O sea, que Dios ama a todos los hombres. Quizá la mejor traducción hubiera sido: paz en la tierra a todos los hombres porque Dios les ama.
Vamos, que Romeu y san Lucas -y un servidor- coincidimos al menos en desear la paz a todos los hombres.-
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