Sólo tres pilotos españoles tienen asegurados los recursos para el Mundial de motociclismo

El piloto Joan Garriga puede convertirse en la víctima más ilustre de la crisis económica que afecta a los deportes del motor. La desesperación de Garriga no es única. Sólo tres pilotos españoles de la quincena que aspira a participar tienenv asegurada su presencia en el Mundial de motociclismo: Alex Crivillé (500 cc), Alberto Puig (250 cc) y Carlos Giró (125 cc). Si en los próximos días no reciben una ayuda casi milagrosa, nombres ilustres como Carlos Cardús, Jorge Martínez Aspar o Garriga tendrán dificultades para estar el 28 de marzo en Australía, primera cita de la temporada.

Garriga está a punto de renunciar. Le quedan apenas dos semanas para encontrar el dinero que necesita para competir. El año pasado, su equipo de 500cc tuvo un presupuesto superior a los 300 millones de pesetas. En este momento es casi imposible que el piloto catalán logre correr en la categoría reina, a pesar de que tenía adjudicadas motos Yamaha oficiales.Los últimos intentos de Garriga se centran en reunir el presupuesto mínimo necesario para estar dignamente en los 250cc. Con 100 millones podría tener acceso a una de las mejores motos del cuarto de litro, quizás una Aprilia, y optar a conseguir el título mundial.

La fecha límite es el 20 de enero, día en que se celebra la asamblea general de la IRTA (Asociación de Escuderías). Hasta entonces, gracias a su historial, Garriga tiene una plaza reservada en la lista de inscritos. No obstante, desde que Tabacalera anunció que Ducados dejaba de apoyarle, el piloto catalán ha llamado a muchas puertas y ha presentado su proyecto a decenas de empresas. Casi siempre ha recibido negativas. Algunas veces, esperanzas. Ahora ya no puede esperar más.

Si el 20 de enero no es capaz de dar garantías de su presencia a la IRTA, Garriga quedará fuera del Mundial. Una de las posibilidades que baraja es pasarse a las cuatro ruedas y correr el campeonato de España de automovilismo en circuitos.

Garriga puede ser la primera víctima de la crisis que afecta especialmente a los pilotos españoles del Mundial de motociclismo. Esta especialidad ha estado sobrevalorada en las últimas temporadas y ahora paga las consecuencias. En los mejores años, algunos pilotos han ganado más de 200 millones de pesetas. Un equipo oficial de 250cc, con dos motos y una buena estructura, costaba apenas 80 millones. Sin embargo, algunos patrocinadores invirtieron mucho más.

Los pilotos italianos, que en 1992 consiguieron más triunfos que nadie, siempre han sentido envidia de sus colegas en España. Luca Cadalora, doble campeón del mundo de 250cc, tenía la temporada pasada una ficha muy inferior a las de los mejores españoles. Sólo los monstruos de 500cc les superaban en cotización.

Búsqueda de recursos

El caso de Garriga no es único en el motociclismo español. Otros pilotos esperan con ansia' el regalo que significaría encontrar un patrocinador. Cardús, Aspar, Herri Torróntegui, Jullán Miralles, Manuel Hernández o Luis D'Antín también están inmersos en la búsqueda de recursos."Estamos a la espera de respuestas", dijo ayer Silvia, la esposa de Cardús, abandonado recientemente por Repsol. Hace meses que Tiriti aguarda la llamada que le arregle el panorama y últimamente su nombre se ha asociado a las firmas más extravagantes, desde preservativos hasta el FC Barcelona. Sin embargo, todavía no ha cerrado su presupuesto, que rondará los 100 millones.

Jorge Martínez Aspar, el más laureado de los pilotos españoles en activo, también nota la crisis. Ideó un proyecto para 1993 que contemplaba la incorporación a su equipo de varios pilotos jóvenes (Bautista Borja, Emilio Alzamora y Francisco Javier Debón). Costaba 300 millones. En estos momentos, incluso su programa personal está en el aire.

Otro que está a la expectativa es Miralles, aunque con una escudería mucho mas modesta. "Correr en 1992 me costó 20 millones de mi bolsillo. No voy a repetir la experiencia", señala el piloto valenciano, que no encontró ningún patrocinador y participó con la moto pintada de blanco. Por contra, Hernández ha optado por esa misma vía y ha vendido su concesionario de Honda en Cartagena para seguir compitiendo.

En este momento, sólo Crivillé y Puig, pilotos del equipo de Sito Pons, y Giró miran el futuro con optimismo. En época de crisis los patrocinadores sólo apuestan por los mejores y estos tres pilotos, junto a Cardús, son los únicos que pueden ganar grandes premios.

El equipo Bravo