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La versión oficial apunta a una "venganza personal" la muerte de dos 'narcos' gallegos

Xosé Hermida

El gobernador civil de Pontevedra, Jorge Parada, atribuyó ayer a un acto de venganza "puramente personal" el tiroteo ocurrido a última hora de] domingo en dos bares de la ría de Arosa, en el que murieron dos presuntos narcotraficantes y otros dos resultaron heridos de gravedad. Antonio Chantada García, de 28 años, en libertad bajo fianza desde hace 10 días, irumpió en los dos locales armado con una escopeta, disparó contra tres personas y posteriormente se suicidó en su automóvil. Aunque uno de los implicados en los hechos es un prominente capo del narcotráfico, en las rías gallegas, los responsables policiales aseguran que el ajuste de cuentas no debe interpretarse como el inicio de una escalada de violencia entre los clanes.

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En los últimos años se habían producido ya algunos enfrentamientos armados entre personas vinculadas al narcotráfico, pero nunca con un balance tan sangriento ni en presencia de testigos ajenos a estas disputas.Pocos minutos antes de las diez de la noche del domingo, Daniel Carballo Conde, Danielito, de 38 años, ex lugarteniente del capo arosano José Prado Bugallo, alias Sito Miñanco, y procesado en el sumario de la operación Nécora, tomaba unas copas con unos amigos en el pub Museo, uno de los bares de moda de Vilagarcía de Arousa. En ese momento había en el local unas 50 personas.Antonio Chantada, alias Tucho Ferreiro, entró en el pub armado con un rifle calibre 38 especial largo. Se acercó a Danielito y desde apenas un metro de distancia le disparó a la cabeza. Uno de los acompañantes de Carballo, Rosalino Aido Briones, de 40 años, también con antecedentes por contrabando de tabaco, dio un salto e intentó huir, pero el agresor le alcanzó con un disparo en un brazo.Aprovechando la confusión y la histeria de las personas que estaban en el pub, Antonio Chantada logró huir y recorrió en automóvil los 12 kilómetros que separan Vilagarcía de Arousa de la vecina localidad de Cambados. Allí se presentó en la pizzería Paumar, donde volvió a disparar un tiro en la cabeza al propietario del restaurante, Juan José Agra Carro. El dueño del establecimiento, que hace años cumplió una condena en Suiza por narcotráfico, falleció en el acto. El crimen se produjo en presencia de una hija de la víctima, de tres años.Poco después, el cadáver de Antonio Chantada fue encontrado en su automóvil, estacionado en una calle de Cambados, con un tiro en la cabeza En el interior del coche estaba la escopeta que utilizó en los asaltos a los dos bares, por lo que se supone que Chantada se suicidó, según fuentes de la investigación.Coma profundo

Daniel Carballo permanecía ayer en coma profundo en el Hospital General de Vigo, adonde fue trasladado tras recibir asistencia en Vilagarcía y en otro centro sanitario de Pontevedra. Los médicos trataban de evitar que Danielito sufriese un edema cerebral. La bala le penetró por el pómulo izquierdo y le afectó a la tráquea y a una cervical. Su compañero Rosalino Aido fue intervenido quirúrgicamente en el hospital de Pontevedra a consecuencia de las heridas que sufrió en una pierna.

Los responsables de la investigación aseguran que este sangriento episodio no presupone el inicio de una. guerra abierta entre grupos organizados de narcotraficantes. Según el gobernador civil de Pontevedra, Jorge Parada, aunque los sucesos están relacionados con el comercio ilegal de drogas -al que presuntamente se dedicaban todos los implicados en el tiroteo- se trata de un ajuste de cuentas "puramente personal". "No tiene nada que ver con una escalada de luchas entre grupos mafiosos", aseguró Parada.

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Antonio Chantada era un individuo de carácter violento, que ya estuvo sometido a tratamiento psiquiátrico. El autor de los disparos fue puesto en libertad bajo fianza de 500.000 pesetas hace 10 días por el Juzgado de Instrucción número 1 de Cambados.Chantada había sido detenido el pasado octubre acusado de secuestrar junto a otro individuo: el vecino de Cambados Rafael Bugallo Martínez. El suicida abordó a Bugallo a punta de pistola y le condujo al cementerio de la localidad pontevedresa de Caldas de Reis, donde le mostró una fosa recién cavada en la que amenazó con enterrarle. Bugallo logró huir tras morder en un brazo a uno de sus secuestradores y presentó denuncia contra ellos.

Según fuentes jurídicas, existían informes psiquiátricos que desaconsejaban su excarcelación, pese a lo cual fue puesto en libertad el día de Nochebuena. Después de que Chantada abandonase la prisión, el abogado de Rafael Bugallo presentó un escrito en el juzgado en el que afirmaba que el autor de los disparos del pasado domingo había comentado a varios compañeros de cárcel que tenía intención de vengarse de varios vecinos de la ría de Arosa.

El tiroteo revela que las nuevas generaciones de contrabandistas son "más sucias" que sus predecesores, en expresión de Parada. Los constantes golpes policiales que las bandas gallegas han recibido en los tres últimos años han disparado la tensión en la ría de Arosa.Arrepentidos

La aparición de varios arrepentidos que colaboran con la policía contribuye a que los grupos de narcotraficantes se vuelvan más herméticos y alimentan un ambiente de sospecha generalizada entre sus propios integrantes. Desde hacía tiempo en los clanes arosanos habían surgido fuertes recelos contra Daniel Carballo, en el que alguno de sus antiguos socios creía ver a un supuesto confidente policial. Esta sospecha se produjo después de que el juez Baltasar Garzón le dejase en libertad tras abonar una fianza de 18 millones de pesetas. Estos rumores fueron tajantemente desmentidos por los responsables de la investigación.

Carballo había sido detenido en junio de 1980 dentro de la llamada operación Nécora contra el narcotráfico, acusado de introducir en España cargamentos de cocaína y hachís.

Un episodio similar al registrado en la noche del pasado domingo ocurrió en abril de 1991 en Caldas de Reis, cuando un enfrentamiento entre dos grupos de contrabandistas de tabaco se saldó con el resultado de una persona muerta.

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Sobre la firma

Xosé Hermida
Es corresponsal parlamentario de EL PAÍS. Anteriormente ejerció como redactor jefe de España y delegado en Brasil y Galicia. Ha pasado también por las secciones de Deportes, Reportajes y El País Semanal. Sus primeros trabajos fueron en el diario El Correo Gallego y en la emisora Radio Galega.

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