Renfe cambia en enero las Regadas y salidas de 21 trenes en las estaciones de Madrid

Los servicios que presta Renfe con partida o destino en Madrid sufrirán una pequeña revolución en los próximos días. Los cambios de estación de salida o llegada de 21 trepes a partir de finales de enero, unidos a los ya producidos en este sentido en los últimos meses, están provocando una reordenacíón de más calado en el sector. Estos traslados supondrán inicialmente algún trastorno ciudadano, pero persiguen especializar los espacios ferroviarios de la ciudad: Chamartín, para la zona norte; Atocha, para el sur y la alta velocidad, y Príncipe Pío, como intercambiador y cercanías.

La dirección de estaciones de Renfe ha madurado su proyecto para reordenar los servicios que prestaban hasta ahora los tres espacios físicos ferroviarios más identificados de Madrid. La amalgama histórica de usos de algunas estaciones ha solidificado su indentidad arquitectónica, pero las ha convertido en incómodas.

El caso más evidente de falta de adecuación se concreta en la estación del Príncipe Pío (Norte). Los edificios y las marquesinas parten de un proyecto construido a finales del siglo pasado, y desde entonces han llegado a la terminal de Norte -casi con la misma cadencia en la duración del trayectolos gallegos, 6 trenes de largo recorrido procedentes del noroeste de España.

El abandono de Norte de estos trenes comenzó con los asturianos, que se marcharon hace años a Chamartín, con buena acogida por parte de los usuarios, según encuestas elaboradas por Renfe sobre la calidad de sus servicios. La utilización de los trenes de largo recorrido y regionales de Príncipe Pío fue escasa en 199 1, y más baja en 1992. La facturación, de hecho, ha caído un 10% en el último ejercicio.

La dirección actual de la compañía ferroviaria entiende que Chamartín -en el extremo norte de la ciudad- está mejor comunicada con Madrid que Norte -a escasos metros de la plaza de España- El argumento, pese a las apariencias, se ha comprobado sólido.

Chamartín está más alejado, pero disfruta de comunicaciones con otros transportes (una línea de metro y dos de autobús) más directas y, a través del únel de la risa, las líneas de cercanías pueden atravesar la ciudad bajo el paseo de la Castelana con paradas en Nuevos Ministerios, Recoletos y Atoha. Chamartín fue proyectada para admitir hasta 20 millones de pasajeros anuales y ahora no supera los ocho millones. Está infrautilizada.

Los responsables de Renfe quieren especializar Norte en un futuro próximo -las obras ya están contratadas- como una gran terminal de cercanías, apoyada en un intercambiador le transportes con metro y aubús. Los cercanías, que teiían en esta estación un tope, podrán continuar hasta Atocha cuando finalice el Pasillo Verle, ahora en construcción.