La caída de Búrbulis
Esta vez parece que va en serio: Guennadi Búrbulis, de 47 anos, ha perdido su posición de privilegio junto al presidente Borís Yeltsín. Sin embargo, algunos analistas rusos creen que hay que esperar un poco para tener una absoluta seguridad de que, con la pérdida del cargo de consejero jefe, Búrbulis ha perdido también su influencia sobre Yeltsin.El criterio para medir si se ha roto o no definitivamente el cordón umbilical que unía a estos dos personajes dependerá de varios factores. Habrá que ver si Búrbulis sigue conservando la dacha (casa de campo) vecina a Yeltsin, en la zona residencial de Arjánguelskoye, o si sigue corriendo entre los abedules con el presidente por las mañanas, y si Yeltsin le sigue llamando por teléfono.
Sobre el futuro de Búrbulis se barajan varias posibilidades. Unos dicen que podría marcharse de embajador, y otros aseguran que Alexandr YákovIev, el cerebro de la perestroika ahora distanciado de Mijaíl Gorbachov, le ha ofrecido la posibilidad de crear un centro de análisis políticos. En el próximo futuro no cabe esperar que Yeltsin muestre simpatías por Búrbulis en público.
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