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Detenido un alto mando antidroga de la Guardia Civil por pagar con cocaína a confidentes

La Guardia Civil ha detenido al númerdo dos del Servicio Fiscal (antidroga) de ese mismo cuerpo, comandante Ramón Pindado Martínez -y a un guardia del citado servicio-, como presunto responsable del pago con drogas a confidentes. La operación se ha producido tras una investigación de¡ juez Baltasar Garzón. La dirección del instituto armado ha ordenado cautelarmente, mientras concluyen las investigaciones judiciales, la destitución del máximo responsable

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Operaciones no autorizadas

El máximo responsable del Ser vicio de Información se hará cargo de la unidad antidroga de la Guardia Civil para mantener su operatividad en tanto con cluyen las pesquisas de Garzón que ha declarado el secreto del sumario. Fuentes del instituto han puesto de relieve que, en principio, los cargos contra el comandante, como presunto responsable de pagos con dro ga a confidentes, no entraña rían en ningún momento que se hubiera quedado con estupefa cientes.No es la primera vez que mandos del servicio antidroga de la Guardia Civil se ven involucrados en una denuncia por presunto pago con drogas. El juzgado central número 5 de la Audiencia Nacional, cuyo titular es Garzón, abrió diligencia previas 299/90 sobre la detención del guardia segundo Vi cente Domínguez Serrano, también de la UCIFA (Unidad Central de Investigación Fiscal y Antidroga) de la Guardia Civil. Estas diligencias de Garzón se iniciaron ante la inhibición del juzgado de instrucción número 41 de Madrid sobre estos hechos. Garzón también se hizo cargo de otra investigación paralela del juzgado nú mero 13 de Madrid.El guardia denunció que sus superiores pagaban con droga a confidentes, y en concreto aseguraba que se había dado tal premio a Ramón María Temple Llopis. Los oficiales denunciados negaron entonces los hechos, y aseguraron ante el juez que, por el contrario, el ci tado agente se había quedado con dinero y droga en alguna ocasión. Según fuentes de la investigación, denunciante y de nunciados tenían razón. Deter minados mandos como Pinda do habían presuntamente orde nado el pago a confidentes con droga, pero otros, como Domínguez Serrano, habían sido partícipes supuestamente de tales prácticas ilegales.Cambio de versión

En concreto, el denunciante sostenía que Pindado le había ordenado que pagara con tres kilogramos de cocaína al confidente. Según la versión de los denunciados, el guardia Domínguez fue cambiando su versión. Primero dijo que nadie le ordenó tal pago, y luego indicó que la directriz partió de mandos de su unidad.

Fuentes del instituto recalcaron ayer que el cese temporal del coronel Garabito ordenado por el director del instituto armado, Luis Roldán, obedece a una pretensión de facilitar al máximo la investigación y tiene una motivación meramente cautelar, hecho confirmado desde medios judiciales. Fuentes del instituto recalcaban ayer lo "doloroso" de las detenciones, pero al mismo tiempo pusieron el acento en que habían sido realizadas por funcionarios del propio cuerpo, que ya ha realizado dos grandes operaciones afiticorrupción bajo el nombre Pitón.

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Temple Llopis, según fuentes del instituto armado, ha sido un confidente clave de este cuerpo que ha permitido grandes aprehensiones de droga. El confidente arrepentido comenzó a colaborar con la Guardia Civil en junio de 1990, tras huir de España una vez que se capturó un alijo de 552 kilos de cocaína en abril de 1988 en Vila nova i la Geltrú. En la operación cayó el cubano Reginaldo de Jesús Blanco. Temple participaba en la red.

El 5 de julio de 1990 este confidente regresó a España. Su declaración ante la fiscalía antidroga y el titular del juzgado central número 1, Carlos Bueren, según fuentes de la Guardia Civil, fue decisiva para la captura del capo de la droga Bernardino Torres Hernández, importante empresario y naviero. "A partir de entonces ha colaborado con esta unidad en esporádicas operaciones antidroga en Madrid".

El supuesto pago de los tres kilos de cocaína a Temple se produjo en una operación realizada en la capital en marzo de 1991, sobre un alijo de 30 kilos de la citada sustancia estupefaciente. Investigaciones del juzgado número uno, cuyo titular es Carlos Bueren, arrojaron más indicios de tales prácticas. Del alijo de Vilanova i la Geltru se habían volatilizado 40 kilos de cocaína. Igualmente, en una supuesta entrega controlada por guardias civiles se produjo un descontrol que hizo que no se cogieran los ocho kilos de cocaína. Ambos casos, denunciados por arrepentidos, Bueren los remitió a Garzón.Pago de 100 millones

Garzón investigó el caso Coterillo, en el que miembros de la Guardia Civil, con la colaboración de un banco, pagaron 100 millones a unos narcos por un alijo. El dinero no sólo se llegó a entregar a los traficantes, lo que nunca debió ocurrir, sino que afloraron indicios de que la entrega, más que vigilada, fue provocada. Finalmente, la cantidad de droga intervenida fue menor de la prevista.

Existe todo un rosario de denuncias de arrepentidos que precisan las numerosas ocasiones en que los confidentes han recibido como pago droga. Esto, en sí mismo, ya supone diversos delitos: prevaricación en tanto que el funcionario falta a su deber; delito contra la salud por traficar con estupefacientes, y falsedad en documento público, ya que oficialmente se asegura haberse cogido menos droga de la realmente intervenida. Fuentes de la investigación recalcaban ayer que esta práctica de algunos agentes implicados ha derivado a veces en "delitos provocados" e, incluso, en reventa de droga. Los dos guardias ya detenidos, ambos del servicio antidroga, no son los únicos imputados. Otros, algunos con graduación, se hallan en el punto de mira del juez.

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