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El mango de la sartén

La práctica desmiente que el ciclismo cause impotencia

Carlos Arribas

En el reino de Príapo preguntar a alguien si es impotente es como preguntar a un fontanero si sabe arreglar un grifo. Es tal la sorpresa que el interrogado ni se indigna, simplemente muestra su incredulidad. Dos investigadores noruegos han dictaminado que el sillín de la bicicleta provoca impotencia. El orgullo del macho, y qué macho, quedaba en entredicho. La reacción de los ciclistas ha sido fulminante.

No es necesario que lo reconozcan, como lo hace el ex corredor Luis Ocaña -"los ciclistas son más calientes que el mango de una sartén"-, es algo que cualquier espectador palpa en las llegadas y salidas de las etapas. Las azafatas publicitarias son especies en peligro, acechadas por ansiosas miradas de hombres, muchos hombres, sudorosos. Uno está preguntando a un corredor o a un director sobre sesudos te mas tácticos, pensando que tiene ganada toda su atención. Pero si el entrevistado huele a mujer, aunque ésta pase a 100 metros, cortará su discurso para hacer un inciso, "¿has vis to que tía más buena?". Según los científicos noruegos Morten Andersen y Bull Njaa una persona que pase va rias horas sobre una bicicleta será incapaz de mantener una erección varios días después. "Yo no niego que puedan tener razones científicas", concede Fernando Quevedo, del Amaya, el ciclista que más horas pasó sobre un sillín durante el pasado Tour, "pero la práctica me dice que están equivocados. Médicamente, tendrán sus razones, pero el ciclismo tiene otros efectos beneficiosos para la salud sexual que no han tenido en cuenta.Te pone en buena forma física y te da salud mental".

Quevedo reconoce que des pués de una dura etapa puedan estar desganados sexualmente debido al cansancio. "Pero es pasajero. Una vez en el hotel..." El farolillo rojo del último Tour, además, propone otro método de experimentación. Mientras Andersen y Njaa pedían a los conejillos de indias que intentaran una erección después de una carrera, Quevedo pide que cedan a 200 mujeres a los ciclistas después de una etapa del Tour. "Ya verían que contentas se iban todas", concluye. Su colega José Ramón Uriarte, del Banesto, es más parco en el desmentido: "De momento no he tenido esa experiencia en el aparato reproductor, ni he oído de nadie que la haya tenido". Preocupado, Uriarte afirma que "sería malo que ocurriera la premonición noruega".

Apetito

No es fanfarronería, sólo una forma de expresar su apetito. La historia de las vueltas está repleta de cuentos de ciclistas buscando apaños con azafatas y seguidoras. En la pasada Vuelta, las bellas que entregaban el ramo a los triunfadores eran vigiladas constantemente por la noche por un representante de la empresa que las contrataba para evitar escapadas en los hoteles que pudieran dañar el prestigio comercial."No jodas", responde expresivo Javier Mínguez, director del Amaya y ex ciclista. "Nada más llegar puede que no puedas por el agotamiento, pero que te pongan a una tía unas horas después en la habitación del hotel..."

Otro ex corredor, Luis Ocaña, ganador del Tour de 1973, se expresa con las mismas palabras -"hombre, después de una etapa en los Alpes, si llegas descojonado, no tienes ni fuerzas para hablar, pero después de ducharte, ya descansado y en el hotel...", dice- y, además, aporta sus propios razonamientos para no sólo desmentir el razonamiento de los científicos, sino para proponer la tesis contraria: "Es absurdo lo mires por donde lo mires. Los ciclistas son jóvenes y están hartos de vitalidad. Encima, durante una vuelta, llevan mucho tiempo privándose. Total, que están con unas ganas locas".

Ocaña reconoce que ningún ciclista impotente admitiría su' dolencia. Sólo causa indignación que se ponga en duda su virilidad. Además, se produciría una desbandada de corredores que se dedicarían a otro deporte menos arriesgado. Pero ninguno ha mentido. Al menos eso dice Eufemiano Fuentes, médico del Amaya: "Ninguno me ha consultado nunca ese tipo de problemas. Y a mí, a su médico, me lo contarían. Más bien, ha sido al contrario. Algún ciclista me ha comentado alguna mañana que por las noches se les ha disparado"

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Sobre la firma

Carlos Arribas
Periodista de EL PAÍS desde 1990. Cubre regularmente los Juegos Olímpicos, las principales competiciones de ciclismo y atletismo y las noticias de dopaje.

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